La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores ha elaborado el informe “Impulsar la recuperación con mejores salarios” en el que señala que los datos de la Encuesta Anual de Estructura Salarial de 2019, publicados por el INE, reflejan la necesidad imperiosa de aumentar los sueldos en nuestro país.
España sigue siendo un país con salarios bajos, por lo que se demandan cambios profundos que corrijan este problema. De no ser así, la salida a la crisis actual se construirá sobre la base de un incremento de la desigualdad, comprometiendo nuevamente el grado de cohesión social.
El informe señala la imperiosa necesidad de crear empleo de calidad, más estable, seguro y mejor retribuido, de forma que genere una mejora inmediata de la calidad de vida de la clase trabajadora, además de fortalecer la capacidad de consumo y la demanda agregada. Para ello es fundamental implementar una política salarial justa con quien peor lo está pasando, promoviendo subidas salariales a través del SMI y la negociación colectiva.
Asimismo, sigue siendo absolutamente prioritario derogar la reforma laboral de 2012, a fin de transitar hacia un nuevo marco laboral más justo, eficiente y coherente con la etapa de reconstrucción que se abre.
En 2019, el salario medio creció solo un 1,6% respecto al año anterior. Se trata de un aumento moderado, puesto que, si bien creció por encima del IPC (0,7%), solo obtuvo una ganancia de poder de compra de nueve décimas, teniendo en cuenta que el contexto era expansivo, con un aumento del PIB del 2% y del empleo del 2,3%.
España, país de bajos salarios
Los insuficientes aumentos salariales se suman a una situación generalizada y endémica de bajos salarios en nuestro país, puesto que hay que tener en cuenta que el salario más frecuente en 2019 fue tan solo de 18.490 euros brutos, un 24,2% inferior al salario medio (24.395 euros al año).
Una vez descontadas las cotizaciones a la Seguridad Social y las retenciones del IRPF, ese salario más habitual en nuestro país es de aproximadamente 1.025 euros al mes (suponiendo un trabajador sin hijos a cargo y con contrato indefinido, y catorce pagas al año).
El porcentaje de personas cuyos ingresos anuales eran inferiores al SMI representa un 18,1% sobre el total, 4 puntos porcentuales más que en 2018, como consecuencia fundamentalmente de la subida del mismo en ese año en un 22,3%, hasta alcanzar los 900 euros al mes. Si a ello le sumamos los trabajadores que cobran entre un 1 y 2 veces el SMI (46,3%), el resultado global es que hasta un 64,4% de los trabajadores presentan ingresos inferiores a 2 veces el SMI, reflejando esa situación generalizada de bajos salarios en nuestro país.
Desigualdad retributiva
De igual manera, se mantienen también los altos niveles de desigualdad retributiva que, a pesar del moderado crecimiento salarial en 2019, arrojan peores resultados que al inicio de la pasada crisis. En este sentido, el coeficiente de Gini alcanzó los 33 puntos en 2019, 6 décimas más que en 2008.
Por su parte, los reducidos salarios, unido a otros factores como la baja intensidad laboral, provocan la existencia de un alto número de trabajados en riesgo de pobreza, registrando un 12,7% en 2019, esto es, 3,5 puntos más que la media de la UE-28. Además, cabe señalar que la existencia de un elevado número de trabajadores pobres no se trata de un fenómeno puntual, puesto que hemos registrado ininterrumpidamente 5 de las peores ratios de la UE-28 en los últimos 10 años.
El Gobierno debe cumplir sus compromisos y acabar con la precariedad y el empobrecimiento de muchas familias. El crecimiento de los salarios debe estar en el centro de la agenda política si se quieren sentar las bases de un crecimiento más justo, igualitario y sostenible.
Fuente: Informe “Impulsar la recuperación con mejores salarios”
Pues señores si los que trabajan están en pobreza , que dicen de los parados ?