En 1969, Enrique Ruano Casanova, estudiaba quinto de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y militaba en las filas del Frente de Liberación Popular, uno de los grupos políticos que lucharon en España contra el franquismo.
El 17 de enero de 1969 fue detenido junto a su novia Dolores González Ruiz y Abilio Villena Pérez, también universitario, por un agente de la policía armada, al sospechar de un paquete que llevaban.
El 20 de enero la Brigada Político Social realizó un registro de un piso situado en la calle Príncipe de Vergara, cuyas llaves habían encontrado en el bolso de su novia, con Enrique presente y esposado.

Enrique Ruano no se suicidó
Según la versión oficial, cuando le quitaron las esposas para que firmara el acta de registro consiguió zafarse de los tres agentes armados y se arrojó al vacío por una ventana desde un séptimo piso.
“Cuando le quitaron las esposas para que firmara el acta de registro y cuando iba a realizarlo inopinadamente arremetió contra uno de ellos, que estaba en el pasillo, al que arrojó contra la pared, ganando la puerta de entrada y saliendo a un corredor que une los pisos interiores con la escalera principal, se arrojó al vacío por el lado derecho del corredor, cayendo al patio interior del edificio, siendo inútiles todos los esfuerzos de los funcionarios comparecientes para evitar el hecho”, recogía el atestado.
El conjunto del movimiento antifranquista, su familia y su novia consideraron la muerte de Enrique Ruano como un asesinato. Aunque varios abogados denunciaron para que se investigaran los hechos, nunca hubo una investigación seria de lo ocurrido.
En 1996 la familia de Ruano consiguió que se reabriera el caso y los tres policías que se encontraban con Enrique Ruano cuando éste cayó fueron encausados.
Su hermana Margot recuerda como llamaron a su padre para decirle que su hijo se había suicidado. Nunca les dejaron ver el cadáver y hasta que murió Franco, la censura tampoco les permitió publicar una esquela.
Su amigo y compañero de clase, el abogado José María Mohedano también recuerda como esa noche llamó Manuel Fraga para callar a aquella familia rota amenazándoles con detener a su otra hija, Margot, también metida en política.
Al día siguiente, el diario ABC publicaba en primera página un supuesto diario de Enrique del que se desprendían intenciones suicidas, que no eran más que unas notas manuscritas que Enrique pensaba mandar a su psiquiatra, Carlos Castilla del Pino, y que fueron sustraídas en el registro del domicilio de los padres, ya que no constaban en el Acta levantada al efecto.
Cuando en 1996 se reabrió el caso, Castilla del Pino declaró que: “La versión del suicidio es absolutamente inverosímil. El suicidio se hace a solas, se prepara, pero no en una fuga ante otras personas”.
El sindicalista José Luis Úriz recuerda en su testimonio Peleando a la contra el momento en que fue detenido y torturado cuando estudiaba ingeniería de telecomunicaciones en Madrid por el inspector Antonio González Pacheco, conocido como Billy el Niño.
Mientras golpeaba a Úriz, otro policía que participaba en el interrogatorio le dijo al torturador: «Ten cuidado que se te va a ir la mano otra vez y lo vas a matar», y respondió según el relato de Úriz: «No importa, hacemos como con Ruano, lo tiramos por la ventana y decimos que se quería escapar».
El abogado José María Mohedano afirmó que ahora se sabe que uno de los policías le disparó antes de arrojarle por la ventana del séptimo piso. Posteriormente, serraron el hueso de la clavícula para que no apareciese la bala y falsearon la autopsia. Al no hallarse la evidencia del disparo, la causa finalizó con la absolución de los tres policías.
El entonces director del diario ABC, Torcuato Luca de Tena, confesó que Manuel Fraga Iribarne le ordenó publicar anotaciones del diario íntimo de Ruano, manipulándolas para que pareciese una persona inestable que se había suicidado.