El Desastre de Annual fue una humillante derrota militar española en la guerra del Rif y una importante victoria para los rifeños comandados por Abd el-Krim. Se produjo entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cerca de la localidad marroquí de Annual, situada entre Melilla y la bahía de Alhucemas.
El malestar creado por el desastre y las acusaciones al rey de instigar el poco meditado y mal preparado avance que propició el desastre, fue la excusa para golpe de Estado que contó con el visto bueno del propio monarca y liderado por Miguel Primo de Rivera, hasta entonces capitán general de Cataluña.
Primo de Rivera comenzó con los preparativos para llevar a cabo el pronunciamiento militar y en septiembre de 1923 se trasladó a Madrid para tratar de recabar apoyo para el planeado pronunciamiento de un grupo de generales africanistas conocido como el Cuadrilátero.
Tenía previsto dar el paso definitivo tras el verano de 1923 y así lo hizo. La medianoche del 12 al 13 de septiembre Miguel Primo de Rivera proclamó en Barcelona el estado de guerra y sacó a los militares a la calle, que fueron ocupando los edificios clave de la ciudad. Lo mismo sucedió en el resto de las capitales catalanas. Fuera de Cataluña ocurrió lo mismo en Zaragoza y en Huesca.
Dictadura otorgada por el rey
El día 14 el rey regresó a Madrid y mantuvo una reunión con el jefe de gobierno, García Prieto, quien no respaldó a este cuando propuso convocar a las Cortes y destituir a los mandos militares rebeldes. Acto seguido, García Prieto dimitió. Alfonso XIII acabó llamando a Primo de Rivera a Madrid. A la una y cuarto de la tarde, el rey otorgó el poder a Primo de Rivera y, a continuación, el capitán general Muñoz Cobos declaró el estado de guerra en Madrid.
El primer gabinete de Primo de Rivera duró hasta finales de 1925 y estuvo formado por militares, que destituyeron de golpe a todos los gobernadores civiles en las provincias, sustituyéndolos por los gobernadores militares.
Tras el ataque rifeño al protectorado francés, se abrió la posibilidad de cooperación franco-española, a la que Primo de Rivera terminó aviniéndose, aunque quedaron patentes las diferencias entre las ideas del mariscal francés Philippe Pétain.
En 1925 de produce un desembarco, comandado por Primo de Rivera, en Alhucemas para intentar pacificar la zona, algo con lo que el monarca se había mostrado en contra, y formó parte de una operación combinada con el ejército francés para acabar con la rebelión de las cabilas del Rif. Tras el éxito de la operación, Primo se cesó a sí mismo como alto comisario, reemplazándose en el cargo por José Sanjurjo en noviembre de 1925.
Primo de Rivera, que inicialmente se había apoyado en su pronunciamiento en los regionalistas catalanes de la Lliga, no tardó en dar un giro y adoptar políticas anticatalanistas: proscribió el empleo de símbolos catalanes en actos públicos, la celebración del 11 de septiembre , clausuró asociaciones regionalistas catalanas y tomó medidas encaminadas a imponer el idioma castellano en diferentes ámbitos, como el educativo. El 12 de marzo de 1925, Primo de Rivera procedió a abolir la Mancomunidad de Cataluña.
La tozudez del general por mantenerse en el poder y su torpeza con varios estamentos clave le valieron la animadversión de quienes tenía por amigos y el rechazo de buena parte de la intelectualidad.
Golpe de gracia a la dictadura
Sería la crisis derivada de la Gran Depresión la que asestaría el golpe de gracia a una dictadura ya carente de apoyos. Tras haber perdido el apoyo brindado por el monarca Alfonso XIII y por el grueso de los mandos militares, Primo de Rivera experimentó un agravamiento de la condición física debido a la diabetes que padecía.
Los republicanos se vieron reforzados por el nuevo Grupo de Acción Republicana, de Manuel Azaña (un antiguo miembro del Partido Reformista de Melquiades Álvarez), y alcanzaron la unidad de acción con la “Alianza Republicana”, fundada en febrero de 1926, en el aniversario de la Primera República Española. Formaban parte de la Alianza los viejos Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux –del que en diciembre de 1929 se desgajó el Partido Republicano Radical-Socialista, de Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz- y Partido Republicano Democrático Federal, junto con las nuevas formaciones de Acción Republicana de Azaña y el Partit Republicà Català, fundado por Marcelino Domingo y Lluís Companys.
Como ha señalado Ángeles Barrio en su libro publicado en 2004 La modernización de España (1917-1939). Política y sociedad, “la importancia de la Alianza estribaba en que representaba una renovación del republicanismo capaz de lograr, como se demostró a raíz de la proclamación de la Segunda República Española, lo que hasta entonces no le había sido posible: atraer al proyecto político de la República a unas bases sociales principalmente urbanas, de clases medias y medias bajas, así como a amplios sectores de los trabajadores”.
En cuanto al movimiento obrero, la CNT recobró sus fuerzas, aunque escindida entre los moderados que dirigía Ángel Pestaña y los más radicales agrupados en la FAI. Las condiciones de trabajo seguían siendo pésimas y la dura represión sobre los obreros fue distanciando a la UGT y el PSOE que, de la mano de Indalecio Prieto, abandonaron el proyecto del dictador.
Muerte de Primo de Rivera
Primo de Rivera presentó la renuncia al rey el 28 de enero de 1930 y se exilió en París. Seis semanas más tarde, el 16 de marzo de 1930, falleció en París, a causa de la diabetes que padecía en conjunción con los efectos de una gripe.
Sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio de San Isidro, en Madrid, aunque más tarde se trasladaron a la Basílica de la Merced de Jerez de la Frontera. En 1947, diecisiete años después de su fallecimiento, fue nombrado capitán general del Ejército a título póstumo por el gobierno de Francisco Franco.