El colectivo “Madres de Tiananmen”, que agrupa a progenitores de estudiantes muertos el 4 de junio de 1989 por el Ejército chino, exige en una carta remitida a los medios por la ONG Human Rights in China “verdad, compensación y depurar responsabilidades” ante el trigésimo aniversario de esa matanza.

La carta, firmada por 127 familiares de los fallecidos reclaman al gobierno que reconozca los hechos, haga pública la verdad y el número de muertos y lleve ante los tribunales a los responsables.

La publicación de esta carta se produce, según los firmantes, “en conmemoración ante el ‘Día de Barrer las Tumbas’ (el próximo 5 de abril, festividad en la que los chinos visitan a sus seres queridos en los cementerios)”, aunque, al estar suscrita ayer, coincidió también con la jornada final de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo chino).

Las Madres explican que han enviado cartas abiertas todos los años desde 1995 a estas reuniones anuales y a los mandatarios del país, pero que nunca han “escuchado ni una sola respuesta de las autoridades, como si las cartas fueran piedras lanzadas al mar”. Los líderes políticos, agregan, “han tratado nuestras reclamaciones con arrogancia, han hecho como si no escucharan y nunca han prestado atención”.

“Todo lo que hemos recibido a cambio de nuestra buena voluntad y sinceridad es un control aún mayor por parte de los agentes de seguridad (…). Casi todos los que han firmado las cartas abiertas han estado viviendo bajo los ojos vigilantes de los órganos políticos y legales del Gobierno”, denuncian.

Según su relato, Pekín les mantiene sujetos a la “presunción de culpabilidad”, por lo que “las autoridades envían agentes a hacer guardia delante de nuestras casas y nos prohíben salir o recibir visitas libremente cada vez que un período políticamente sensible se acerca”, como es el caso del trigésimo aniversario de la matanza.

“Nuestros teléfonos están pinchados, nuestros ordenadores están hackeados. A algunos de nosotros incluso les han instalado cámaras de seguridad fuera y dentro de sus casas”, agregan.

Las Madres acusan a las autoridades de “abrir una y otra vez nuestras heridas y frotarlas con sal”, pese a lo que aseguran que “¡Nunca nos rendiremos, seguiremos perseverando!”.

La extensa misiva se cierra con un mensaje para los fallecidos: “Han pasado 30 años y todavía tenemos que conseguir justicia para vosotros y permitiros descansar en paz”.

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