Nuevos datos cuestionan los conceptos tradicionales de «ricos» y «pobres». La pobreza multidimensional está presente en todas partes, según el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, pero su reparto es muy desigual tanto entre las distintas regiones como dentro de los países. El reporte destaca que naciones como Perú han logrado reducir este flagelo.
El Índice de Pobreza Multidimensional de 2019, que mira más allá del ingreso monetario y muestra cómo la pobreza es la experiencia de enfrentar carencias múltiples y simultáneas, tales como la falta de acceso a los servicios de salud, a un trabajo digno o la exposición a la violencia, destaca que el concepto tradicional de pobreza resulta obsoleto. Los nuevos datos demuestran con mayor claridad que nunca que etiquetar a los países, incluso a los hogares, como ricos y pobres conlleva una simplificación excesiva.
El reporte revela la profunda desigualdad que existe en el reparto de ese flagelo tanto entre los distintos países y regiones del mundo, como en el interior de los países.
“Para combatir la pobreza necesitamos saber dónde viven las personas pobres. No están distribuidas uniformemente en cada país, ni siquiera dentro los hogares”, explica el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Achim Steiner, para quien el Índice ofrece la información detallada que necesitan los responsables políticos para elaborar políticas mejor dirigidas y más efectivas”.
El documento confirma los datos del año pasado acerca de que, en 101 países estudiados, 1300 millones de personas viven en la pobreza multidimensional, un 23,1% de su población. Unos 886 millones lo hacen en países de renta media y 440 en los de renta baja.
“Esto muestra que el desafío de reducir la pobreza multidimensional no se limita a los países de bajos ingresos”, asegura el informe, que afirma que “la pobreza está en todas partes”.