El Mundo publica hoy un gráfico elaborado con los datos de Sigma Dos que detalla las transferencias de votos entre partidos.
En unas elecciones en las que el equilibrio entre la derecha y la izquierda se mantuvo intacto, con los dos se movieron alrededor del 43% de los votos, las subidas y bajadas dentro de cada uno de ellos ya apuntaban a que los principales flujos se habrían producido entre formaciones con cierta afinidad en el eje izquierda-derecha, cuando no hacia la abstención.
El gráfico pone sobre la mesa que las transferencias nunca son simples (de partido a partido), sino cruzadas. El resultado final de múltiples efectos que se compensan o se refuerzan entre sí, deja claro también otro elemento que destaca: los cambios en el porcentaje de voto válido dependen a menudo, más que de las transferencias entre partidos, de las que se producen hacia y desde la abstención.
El claro perdedor de todos estos cruces ha sido Ciudadanos, porque casi todos las transferencias le llevaron a perder apoyos, y dos beneficiados, PP y VOX, que reciben apoyos generalmente pequeños pero de distintos orígenes y que, sobre todo, se ven beneficiados por sus escasas pérdidas camino de la abstención.
PSOE
Pedro Sánchez tuvo una alta capacidad de retención (79% de los adeptos conseguidos en abril). Sin embargo, los socialistas encontraron en la abstención su mayor rival, con cerca de 950.000 desmovilizados desde el 28-A (casi un 13%). Un 4,4 % de los votantes del PSOE el 28A decidió votar a una formación no mayoritaria en el 10N.
Unidas Podemos
El partido liderado por Pablo Iglesias ha perdido apoyos en tres frentes: 383 492 votantes de Unidas Podemos en el 28A se abstuvieron en estas elecciones, poco más del 10 %. 356 741 votaron al PSOE (9,6 %) y 384 428 a otras formaciones (10,3 %). La formación morada, aún así, mantuvo a su mayor parte del electorado (69,6 %).
Ciudadanos
Cs llegaba al 10-N con una fidelidad que no alcanzaba el 40%. La noche electoral se confirmó la estampida: Rivera apenas retuvo al 32% de quienes le apoyaron el 28-A, 1,3 millones de sufragios de los más de 4,1 millones recogidos meses antes, la misma cantidad que habría ido hacia el Partido Popular o a Vox. La mayor parte de los votos naranjas del 28A se fueron directamente a la abstención.
Partido Popular
El PP retuvo el 80% de lo ya cosechado y, a la vez, atrajo un 5% de lo que tenía Vox (134.000 votos). A su vez, uno de cada 10 electores de Casado decidió extremarse y votar a Vox.
Vox
El partido de extrema derecha Vox fue quien mejor fidelizó lo ya conseguido (un 85% repetía voto), lo que unido al saldo favorable de 233.000 ciudadanos sacados de la abstención completan el grueso del ascenso de la ultraderecha en España. En total, casi un millón de nuevos apoyos en una convocatoria con dos millones de votantes menos respecto a abril.