Si hay un lugar escalofriante y oculto, son los mataderos que cada día acaban con cantidades de seres sintientes para un momento de placer innecesario y cuya realidad está muy lejos de la que nos venden en anuncios que pretenden edulcorar la realidad y manipular nuestra conciencia, pues cualquier producto que venga de los animales conlleva la miseria, esclavitud y muerte de estos seres.
El pasado miércoles activistas de València Animal Save nos unimos a las vigilias globales en mataderos y acudimos a uno de pollos en sueca (Valencia) documentando la llegada y dando una mínima muestra de compasión que será la única que recibieron en su corta y angustiosa vida.
Es frecuente en los humanos no cuestionarse nada de lo que hacemos, pero las cosas hay que contarlas como suceden y en esta actividad la organización pide a los camiones si voluntariamente quieren parar unos minutos y cuando lo hacen, se les da alguna caricia y especialmente se documentan las condiciones en las que allí llegan: hacinamiento, suciedad, heridas, debilidad, tristeza…
Cada camión que transporta a estos seres vivos como el que transporta zapatos, lleva miles de vidas inocentes que se acercan a su final, el final de una vida de tormento, esclavitud y maltrato para una alimentación antinatural y que perfectamente se puede sustituir por alternativas vegetales, deliciosas y nutritivas que incluso hoy en día si queremos se puede conseguir cualquier receta imitando el sabor y textura con productos sencillos, fáciles de hacer y económicos.
Lógicamente, estas cosas suceden por todo el mundo en lugares apartados de toda visibilidad, porque aquello que no vemos es como si no sucediera, pues nadie quiere estar allí ni ver todo lo que sucede con estos pollos antes de llegar a su infernal muerte.
Si acaso mataderos como estos en sus camiones de reparto y fachada exterior tienen sellos de bienestar animal y libre de antibióticos, dos cosas que no se corresponden para nada con la realidad, pues esos animales son enviados al matadero con 40 días que viven en mugrientas naves industriales siendo manipulados genéticamente para engordar de manera rapidísima y por eso llegan al matadero inflados, pero además gran cantidad de ellos ni llegan porque mueren por el camino o en la misma granja al ser más económico para la industria cárnica dejar agonizar a sus víctimas que proporcionarles la atención veterinaria que necesitan y así quedó bien claro en un reportaje que la periodista Ana Pardo de Vera sacó junto a Silvia Barquero en una de estas granjas de los horrores.
Lo que se documentó en ese reportaje fueron animales agonizando en el interior de la granja, con enfermedades, amontonados en naves interminables, suciedad y excrementos por todos los lados, como van perdiendo plumas por el estrés y entre muchas otras cosas, muchos estaban muertos cuando se infiltraron en la granja.
TESTIMONIOS DE ACTIVISTAS PARTICIPANTES
Durante la vigilia recogía el testimonio de varias de las personas que allí acudieron voluntariamente para ser testigos de lo que sucede y documentarlo para hacerlo llegar a la sociedad.
Eva es de Albuixech y participó por primera vez en una vigilia:
“Es necesario visibilizar esta realidad in situ, pues el ser humano tiene tendencia a negar la realidad tal y como es, basándose, por lo tanto, en la comodidad y privilegios. Es necesario correr la voz, pues gracias a una amiga que me recomendó el libro porque amamos a los perros, nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas, pude dar el cambio al respeto real hacia los animales hace 3 años y ojalá todos tuviéramos acceso a esta información tan necesaria. Los animales llegan derrotados y lo más triste es que no pueden hacer nada”.
Jose Ferrer, coordinador de València Animal Save:
“Estos pollitos apenas tienen 40 días, son casi bebés. Miras dentro del camión y los ves muy quietos, tirados de cualquier manera. Tienen algo de espacio, lo justo, pero no se mueven. Solo miran al exterior con curiosidad, sin saber lo que les espera, y nosotr@s les acompañamos como podemos. Les hacemos fotos y les grabamos, intentando no molestarles con los focos, e intentamos siempre verles los ojos. Ver esa mirada para recordar que cada uno de esos animales es un individuo que no quería morir y recordar por qué luchamos, por qué hacemos lo que hacemos.
Elvira se desplazó de Algemesí al matadero de sueca para ser testigo de lo que sucede.
“Estos animales llegan agonizando, algunos moribundos y otros tremendamente débiles debido a la manipulación genética por la cual están inflados y las condiciones higiénicas en las que llegan dejan mucho que desear”, declara.
“Además, en el caso de los rótulos que indican libre de antibióticos, esto es completamente imposible y lo mismo con el sello de bienestar animal, pues cuando se compran en el lugar de venta tienen golpes que se entiende que los han recibido antes de morir”, zanja.
OPINIÓN DESDE EL PUNTO DE VISTA CIENTÍFICO
La bióloga Valenciana Rosa Más en diferentes artículos ha dejado claro que no hay ningún motivo para seguir utilizando a los animales y todos para dejar de hacerlo.
Hoy daremos voz a David Chong García, activista por la liberación animal y licenciado en biología, para que aporte su opinión respecto a lo presenciado en los últimos momentos de vida de esas aves indefensas que, en condiciones lamentables, acudían al matadero de sueca con prácticas habituales en toda la industria.
“La manera en la que tratamos a los demás animales nos define como especie. No podemos catalogar como humana cualquier industria que tenga a los animales como objeto de uso o de consumo. Los procesos que se llevan a cabo en ellas no solo se alejan, sino que son lo contrario a lo que cualquier persona entendería como ‘ser tratado humanamente’. Este es el caso de los pollos broiler o pollos de engorde”, explica.
Continúa explicando:
“Su sufrimiento en vida se gesta incluso antes de nacer: la cría selectiva de esta variedad de ave ha supuesto para cada individuo sintiente una carga genética que su cuerpo es incapaz de soportar, teniendo una masa corporal 4 a 5 veces la de un pollo de la misma raza antes de la década de 1960. Tal es el punto de modificación desde su estado previo a la selección, que la tasa de mortalidad se dispara cuando su tiempo de vida aumenta. Criamos a estos animales desde su nacimiento para padecer un sufrimiento indecible que dura entre 5 y 7 semanas, que es el escaso tiempo que pasa hasta que son asesinados por su carne”.
“No importa si se trata de industria intensiva o extensiva, el uso y el final es el mismo. La única solución viable para estos animales es devolverles la dignidad que supone vivir, tal y como lo hacían congéneres en su estado natural, poniendo por delante el interés de estos animales, que no es otro que el vivir, sin ser usados ni consumidos. Hasta que no suceda esto último y no solo con este tipo de aves, sino con todos los animales de los que el ser humano se beneficia, no avanzaremos como especie”, zanja.
EL VEGANISMO ES LA SOLUCIÓN
El veganismo es una filosofía ética de vida que pretende excluir a los animales de toda la explotación, algo lógico y éticamente aceptable si pensamos en ellos como individuos y sabiendo que no necesitamos nada de ellos en nuestra vida cotidiana.
El veganismo no se basa en la alimentación solamente, también excluye a los animales de cualquier otro uso como serían los terroríficos e inútiles experimentos que tienen lugar en laboratorios de vivisección torturando perros, roedores y otros animales, la anacrónica industria peletera o la larga lista de entretenimientos que el humano realiza con los animales (sanguinaria tauromaquia, caza, zoos, acuarios, tiro y arrastre y un larguísimo etcétera).
Respecto a la industria alimentaria, estamos viendo muchos cambios, pues en la mayoría de tiendas, supermercados y restaurantes prácticamente ya tienes opciones veganas incluso con el mismo sabor y textura, pero también siempre hay que priorizar las tiendas y restaurantes veganos que son los que realmente tienen interés por la protección animal.
Cualquier receta de toda la vida la puedes hacer con sencillos ingredientes de proximidad imitando incluso el sabor y textura si así lo necesitas, pues los veganos no estamos exentos de disfrutar de una maravillosa tortilla de patatas y de los platos que los apetezcan sin contribuir a toda la miseria que conlleva la industria animal que de rebote está contribuyendo a una de las mayores causas de la crisis climática, problemas de salud y hambre en el mundo.
La ONU afirma que una alimentación completamente vegetal es necesaria para salvar al mundo del hambre, escasez de combustible y crisis climática, mientras la nutrición avala que no solamente es saludable la alimentación vegetal, sino que llega a prevenir enfermedades si se planifica bien.
¿Te has parado a pensar a cuánta gente podríamos alimentar si dejáramos de criar en la explotación a millones de animales más que humanos destinando indecentes recursos vegetales y agua a su manutención?
Para la gente que dicen preocuparle las plantas con las que obtenemos todo lo que necesitamos (sin montar ellos nunca una concentración en las floristerías), la mayoría de vegetales se destinan a cebar a los animales, al igual que pasa con la soja.
EL ODIO BASADO EN LA IGNORANCIA
El veganismo en muchos casos por prejuicios e ignorancia suele ser objeto de burlas que solamente traen a la sociedad miseria, pues muchos niños veganos sufren bullying por culpa de adultos que inculcan los bulos y la ignorancia e incluso algunos se han acabado suicidando por la presión a la que han sido sometidos por no querer hacer daño a los animales aunque sí que es verdad que cada vez se está normalizando más y es menos “raro” tener respeto por todos los animales sin discriminar a ninguno.
¿Cómo puede generar tanto odio que unas personas decidamos dar cambios que tengan impacto positivo en la protección de seres sintientes?
Cuando a esas personas por llamarlas de alguna manera les preguntas ciertas cosas básicas, resulta que no tienen ni idea de nutrición ni de las condiciones en las que son criados los animales ni de nada, pues solamente les mueve las ganas de intentar hacer daño y es muy triste que en la sociedad existan personas que necesiten buscar el daño a los demás para encontrar su propia satisfacción.
En Instagram cuando un reel sobre el sufrimiento de los animales se empieza a visibilizar, hay ciberdelincuentes organizados para poner masivamente comentarios de burla contra los animales o hablar de chuletones (lo que podría suponer una psicopatía), pues no se entiende la satisfacción que encuentran dedicando su vida a hacer esto.
En todo esto no están exentos los terroristas de la información, que en muchos casos son los que principalmente han fomentado desde sus panfletos ese acoso y odio contra las personas que vivimos esta filosofía ética de vida basada en el respeto.
Mientras acababa este artículo, me ha indignado ver un programa (el intermedio) que manipulaba a dos niñas preguntándoles qué animales le gustaban y luego realmente querían aprovecharse de ellas para reírse de los veganos, pues distorsionando la realidad, les decían de comer solamente vegetales como hacemos los veganos y ellas inocentemente decían que por nada del mundo se iban a quitar las hamburguesas o el jamón serrano mientras la presentadora se reía.
Tal vez las niñas no hubieran dicho lo mismo si se les hubiera llevado a ambas a presenciar la vida de un animal desde que nace, las penosas condiciones de maltrato en las granjas, el transporte a ese oscuro matadero y como gritan hasta su último aliento ya en ese escalofriante lugar en el que la sangre chorrea por todo el interior.
¿Se les explica a las niñas y niños los horrores de un “producto” hasta que llega al plato o es mejor callarse porque es violento que sepan la verdad y puedan generar empatía queriendo no hacer daño a los animales?
Tampoco se les dice que por culpa de llevar este sistema perverso de alimentarnos a costa de la tortura y explotación animal se van a quedar sin futuro planeta en el que vivir y que todo lo que dicen que les gusta, lo pueden disfrutar exactamente con un sabor idéntico evitando todo el daño a los animales y teniendo perfectamente la salud como dice hasta la asociación española de pediatría.
POR EL FIN DE LA INDUSTRIA PESQUERA
Las víctimas más olvidadas son las toneladas de animales marinos que sufren y se van asfixiando lentamente hasta morir de manera agónica y suponiendo las redes de pesca casi la mitad de plásticos en el mar.
Por ello, el próximo sábado a las 17:30 realizamos en la plaza de la Virgen una performance para, de manera impactante, hacer llegar a la sociedad la realidad de toneladas de animales marinos masacrados y explicar todas las consecuencias derivadas de nuestros actos.
Si ya eres una persona concienciada, escribe a “València Animal Save” para apuntarte a este acto en defensa ver las víctimas y si no lo eres, visibiliza documentales como Seaspiraracy y acude el sábado a la plaza de la Virgen para hablar con las personas activistas, pues es necesario tener la información necesaria para pensar y valorar.
AHORA ES EL MOMENTO DE POSICIONARSE DEL LADO CORRECTO
Como veis, la ciencia, nutrición y sentido común avalan el veganismo a pesar de los prejuicios e intereses que hay instalados en nuestra sociedad y por ello, desde hoy puedes empezar a salvar vidas con un sencillo posicionamiento del verdadero respeto a todas las especies de animales, pues en redes sociales puedes buscar a cualquier santuario de animales antiespecista y puedes ver la diferencia entre un animal destinado a la escalofriante industria de la explotación o uno considerado alguien, tratado adecuadamente y con la dignidad que cualquier animal merece.
Lo mismo que documentamos a las puertas del matadero de sueca, está sucediendo por todas partes, pues los animales solo conocen la miseria desde su primer aliento hasta el último y recordar que resulta más rentable dejarles agonizar en la granja o por el camino que proporcionarles la atención veterinaria que necesitan.
Y aunque el veganismo es solamente por los animales, a todo el mundo dice preocuparle la crisis climática, los problemas de salud o el hambre en el mundo, pero también puedes evitar todo esto cambiando tus hábitos de manera sencilla, pues como ya he explicado tampoco tienes tan siquiera que privarte de nada.
Solamente en este matadero son unos 120.000 pollos los que se cargan al día, por lo que imaginaros los millones que mueren en mataderos de todo el mundo, en las propias granjas o en esos mugrientos camiones que los trasladan amontonados como sillas.
No hay forma ética de criar ni explotar a alguien que no quiere morir, pues en todas las industrias hay explotación y muerte incluida la de los lácteos, huevos, miel, cuero, seda, lana…
¿Alguien te ha contado alguna vez que para que comas huevos hay que triturar vivos a los pollitos machos al nacer, mantener a las gallinas con las mismas condiciones deplorables que a estos pollos y que luego su destino también es el matadero?
Solamente matar ya es contrario a la ética, pero es que encima millones y millones de animales son condenados cada segundo a una vida impuesta de miseria por parte de los que hacen de la mentira y la trata de animales un negocio edulcorado con sellos de bienestar animal o libre de antibióticos como es el caso de este matadero, pues tomar el pelo al consumidor que no suele indagar más allá es muy fácil.
¿Te has preguntado por qué a los periodistas no les dejan entrar a granjas y mataderos o por qué los pocos que quisieron sacar a la luz la realidad de millones de animales tuvieron que asaltar una granja para poder contarlo?
Lloramos por los animales que tenemos en casa y les intentamos proporcionar lo mejor sin pensar en la realidad de los demás animales, una realidad oscura, triste, oculta e inhumana.
Espero que acudas al acto sobre la industria pesquera en la plaza de la Virgen de Valencia, sigas en redes a “València Animal Save” y te pongas en el lugar de la víctima cada vez que tengas que hacer una elección, pues de ti depende el futuro de los animales y subsidiariamente del único planeta que tenemos.
¿Serías capaz de matar a tu víctima con tus propias manos o tan siquiera presenciar todo el sufrimiento y el horror de lo que tienes en el plato?
Recuerda, muchas personas que han trabajado en mataderos han quedado traumatizadas de por vida teniendo pesadillas de esos animales con una mirada acusadora colgados y todo el alrededor ensangrentado e incluso muchos se han llegado a suicidar, pues la industria animal es la peor pesadilla que podamos imaginar y especialmente para los protagonistas, los animales condenados a la agonía y pesadilla real de la que jamás podrán despertar.