Este 1 de enero, la estatua del Monumento a La Legión, ubicado en el número 80 del Paseo de la Castellana de Madrid, ha amanecido con la cabeza de Franco clavada en la bayoneta con la que posa Millán Astray.
Se trata de una performance realizada por un grupo de activistas anticolonialistas y antiimperialistas contra un monumento, inaugurado el pasado 7 de noviembre por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que consideran que representa el colonialismo.
La estatua había sido donada por la Fundación Amigos del Museo del Ejército en reconocimiento al centenario de la fundación de la Legión y había sido creada por el artista madrileño Salvador Amaya.

La actuación, que ha consistido en la creación de una cabeza de silicona, que emula el rostro del dictador Francisco Franco, con la finalidad de colocarla en la bayoneta que sujeta el fundador de la Legión, ha coincidido con el día en el que se celebra el 69º aniversario de su muerte.
Los activistas transportaron la réplica en una bolsa y la insertaron en la bayoneta con la ayuda de una gran escalera. Los hechos ocurrieron a plena luz del día. Según ha publicado elDiario.es, la acción duró 15 minutos y terminó con la lectura de un manifiesto en el que han reinaugurado la estatua con el nombre de “Antimonumento a los asesinados por el colonialismo español” y en el que proclaman que el 1 de enero se convierta en el día de los asesinados por el colonialismo español.
Según los protagonistas de la acción, el nuevo nombre del monumento viene del “origen de este cuerpo de asalto militar creado hace un siglo para la intervención permanente en la ocupación colonial del Rif por parte de España. La Legión pasó a la Historia por un proceder sanguinario. Célebre es el momento en el que desfilaron con cabezas de la resistencia rifeña ensartadas en bayonetas”.
“Entendemos que el Ayuntamiento de Madrid, como órgano democrático y constitucionalista no puede estar celebrando y conmemorando semejantes atrocidades, que implican una clara ofensa tanto a la población rifeña en particular, como a las diferentes poblaciones racializadas del Estado español en general, así como a la memoria de los asesinados por la dictadura franquista. Esta simbología sirve para alimentar un imaginario de superioridad racial que se materializa a través del racismo institucional”, han leído en la reinauguración de la estatua.
Además, han apuntado que con esta performance pretenden ahondar en el debate sobre la Memoria Histórica “en busca del reconocimiento, la justicia y la reparación. Igual que se está haciendo en otros países a lo largo y ancho del mundo en los que hoy día se retiran monumentos colonialistas y liberticidas, mientras que en Madrid se levantan”.
Merecido aplauso a esta acción. No todos los españoles son atrasados en historia y sensibilidad social como ocurre con sus dirigentes, sus medios y sus tertulianos que cada día les lavan las neuronas puntualmente