Las abejas, fundamentales para la polinización y la producción de miel, se han convertido en un indicador clave del avance del cambio climático. Estos insectos, altamente sensibles a las variaciones climáticas, enfrentan desafíos crecientes derivados de fenómenos como el calentamiento global, las sequías, las inundaciones y las alteraciones en los patrones de precipitación. En diversas regiones de España, entre ellas Extremadura, estos fenómenos están acelerando la propagación de plagas, siendo el ácaro de la varroa un claro ejemplo.
Paulino Marcos, responsable de apicultura en la asociación agraria Asaja Extremadura, alerta sobre los impactos del cambio climático en la región, destacando que los niveles de infestación de la varroa han aumentado significativamente en la última década. Según sus declaraciones a la Agencia EFE, la región experimenta ahora un incremento de 35 puntos en comparación con los registros de hace diez años.
La presencia del ácaro de la varroa en las colmenas extremeñas ha elevado la tasa de mortalidad de las abejas al 45% durante este invierno, según informa El Periódico de Extremadura. Esta situación no solo genera preocupación por la pérdida masiva de estos insectos, sino también por los costos asociados a la constante repoblación de colmenas. En respuesta a este desafío, el sector apícola insta a una mayor investigación y compromiso por parte de las autoridades para abordar eficazmente esta problemática.
Ante la urgencia de la situación, la asociación agraria Asaja Extremadura tiene previsto organizar jornadas de formación en febrero dirigidas a apicultores de Extremadura y otras regiones. Estas sesiones abordarán opciones de tratamiento, tanto con productos químicos como orgánicos, y estrategias efectivas para combatir el ácaro de la varroa. La intención es proporcionar a los apicultores herramientas prácticas y conocimientos actualizados para enfrentar este desafío y preservar la salud de las colmenas.
La crisis en el sector apícola se manifiesta también en la disminución del 30% en las cotizaciones de las mieles extremeñas en comparación con los últimos dos años. Este declive económico agrava la situación para muchos apicultores, quienes, de no producirse un cambio significativo, se ven abocados al cierre, advierte el responsable de Asaja Extremadura. El llamado es claro: es necesario abordar el impacto del cambio climático en las abejas y tomar medidas concretas para preservar la vitalidad de este sector esencial para la biodiversidad y la producción alimentaria.