El hambre es la forma más urticante de la seguridad alimentaria moderada o grave, que en general afecta a 41 % de la población regional total: 267 millones de personas.
En tan solo un solo año, América Latina vio aumentar la población con hambre en 13,8 millones de personas, llegando a 59,7 millones las afectadas, siendo la región del mundo donde más creció el flagelo entre 2019 y 2020. Como resultado, indica un informe de la ONU difundido este martes 30, la inseguridad alimentaria extrema afecta a 267 millones de latinoamericanos.
De hecho, el hambre está ahora en su nivel más elevado desde el año 2000, en lo que supone un retroceso de dos décadas en la batalla de la región por erradicar el hambre, después de que la población en seguridad alimentaria extrema creció en 30 % durante el año evaluado.
Así lo establece el Panorama regional de seguridad alimentaria y nutricional 2021, que registra los primeros estragos visibles de la pandemia de covid-19.
El Panorama destaca que la prevalencia del hambre en la región alcanza ahora a 9,1 % los últimos 15 años. Solo entre 2019 y 2020 la prevalencia del hambre aumentó dos puntos porcentuales.
“Debemos decirlo fuerte y claro: América Latina y el Caribe enfrenta una situación crítica en términos de su seguridad alimentaria. Ha habido un aumento de casi el 79 por ciento en el número de personas con hambre entre 2014 y 2020 ”, dijo Julio Berdegué, representante regional de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), desde sus oficinas en la capital chilena.
Rossana Polastri, directora del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (Fida), acotó que “aunque la pandemia ha agravado la situación, el hambre ha ido en aumento desde 2014″.
«Debemos corregir las vulnerabilidades profundas de nuestros sistemas alimentarios, hacerlos más inclusivos y sostenibles y asegurarnos de que brinden bienestar a las personas que alimentan a nuestras sociedades», añadió.
La peor situación dentro de la región fue la de Mesoamérica, donde el hambre aumentó 2,5 %, afectando a 10,6 % de su población, vale decir, 19 millones de habitantes.
El cuanto a la prevalencia, es el Caribe el área que se lleva la peor parte, con 16,1 %, equivalente a siete millones de personas.
En América del Sur, el hambre es el día a día de 16,1 % de su población total, lo que representa a 33,7 millones de personas.
El Panorama lo elaboraron en forma conjunta de la FAO y el Fida, junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la filial continental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El hambre es la forma más urticante de la seguridad alimentaria moderada o grave, que en general afecta a 41 % de la población regional total, es decir a 267 millones de personas. Ese monto supone un incremento de 60 millones en 2020, respecto a 2019.
Eso supone un aumento de nueve puntos, el más profundo entre las regiones del mundo.
En América del Sur, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave aumentó en 20,5 puntos porcentuales entre 2014 y 2020, mientras que en Mesoamérica hubo un aumento de 7,3 puntos porcentuales durante el mismo período.
Peor aún, en la región la prevalencia de la inseguridad alimentaria grave (personas que se han quedado sin alimentos o han pasado un día o más sin comer) alcanzó el 14 por ciento en 2020, un total de 92,8 millones de personas, un enorme aumento en comparación a 2014, cuando afectaba a 47,6 millones de personas.
La inseguridad alimentaria no afectó por igual a hombres y mujeres: en 2020, el 41,8 por ciento de las mujeres de la región experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, en comparación con el 32,2 por ciento de los hombres. Esta disparidad ha ido en aumento en los últimos 6 años y aumentó drásticamente, del 6,4 por ciento en 2019 al 9,6 por ciento en 2020.
«Este informe nos muestra una cruda realidad que debemos enfrentar de lleno para mitigar la situación de la población más vulnerable. Al expandir los sistemas nacionales de protección social, por ejemplo, los gobiernos pueden llegar a los más necesitados con asistencia para ayudarlos a superar estos tiempos difíciles”, dijo Lola Castro, Directora Regional del PMA para América Latina y el Caribe.
El Panorama advierte que la región también está perdiendo la batalla contra otras formas de malnutrición: 106 millones de personas, o uno de cada cuatro personas adultas, padecen obesidad en la región.
Los incrementos mayores en la prevalencia de la obesidad entre 2000 y 2016 fueron en el Caribe, con 9,5 puntos porcentuales, seguida por Mesoamérica, con 8,2 puntos y América del Sur, con 7,2 puntos.
“Seguimos perdiendo la batalla contra todas las formas de malnutrición y estamos lejos de poder garantizar una nutrición saludable para toda la población. Si queremos acabar con el hambre y brindar bienestar y vidas saludables a las personas de las Américas, tenemos que transformar nuestros sistemas agrícolas y alimentarios para brindar dietas saludables para todos y no dejar a nadie atrás ”, dijo la Dra. Carissa F Etienne, directora de OPS.
El sobrepeso infantil también ha ido en aumento los últimos 20 años.
En 2020, 3,9 millones de niños y niñas, de ellos 7,5 % menores de cinco años, tenían sobrepeso. Eso es dos puntos porcentuales por encima de la media mundial.
América del Sur es ahora el área de la región con mayor prevalencia de sobrepeso infantil, con 8,2 %. Le sigue el Caribe, con 6,6 % y Mesoamérica con 6,3 %.
Un dato positivo que refleja el Panorama, aunque sea insuficiente, es del la mejora en cuanto al retraso en el crecimiento infantil, cuya prevalencia cayó de 18 % a 11,3 % en los últimos 20 años.
Además, la prevalencia regional de desnutrición aguda, conocida como emaciación, en la población infantil es ahora de 1,3 %, muy por debajo de la media mundial, de 6,7 %.
La covid fue un acicate al empeoramiento de la malnutrición, reconoció el director regional de Unicef, Jean Gough.
“Con los servicios interrumpidos y los medios de vida devastados, las familias tienen más dificultades para poner alimentos saludables en la mesa, lo que deja a muchos niños y niñas con hambre y a otros con sobrepeso. Para que crezcan sanos, debemos asegurarnos de que todas las familias tengan acceso a alimentos nutritivos y asequibles”, remarcó.
Las diferentes agencias de la ONU que están detrás del Panorama demandaron acciones urgentes para frenar el incremento del hambre y la inseguridad alimentaria en la región.
Los gobiernos de la región, adujeron, deben establecer medidas que transformen los sistemas agroalimentarios, para hacerlos más eficaces, sostenibles e inclusivos, para alcanzar la meta de que todos y todas cuenten con dietas nutritivas y saludables.
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