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Las denuncias fueron presentadas por tres hombres por los hechos ocurridos hace 20 años. Los denunciantes afirman haber sido abusados sexualmente por el sacerdote Víquez cuando tenían entre 13 y 16 años, en las comunidades parroquiales en las que el cura ejerció su ministerio sacerdotal.
“En este momento el padre Víquez está suspendido, por lo que no puede ejercer ningún oficio propio del sacerdote. Ningún sacramento ni nada. Hemos tenido contacto con los que han declarado. Las normas que se han establecido muestran que la víctima es prioridad y se busca enmendar y ayudar a la persona que comete el error. Todo caso que ha llegado a la Arquidiócesis se ha tramitado. La denuncia civil no se ha dado”, manifestó el arzobispo de San José.
En los últimos cinco años se han llevado varios procesos contra curas en Costa Rica, de los cuales seis han finalizado con la expulsión de estos del estado clerical.