El activista LGTBI y paramédico Normunds Kinzulis, de 29 años, ha sido víctima de un brutal ataque LGTBIfóbico en el que sus atacantes le prendieron fuego. Llegó al hospital con el 85% del cuerpo quemado y falleció el pasado 28 de abril tras luchar cinco días por su vida.
Kinzulis se mudó de Riga a Tukums para intentar evitar el acoso homófobo al que se veía sometido en la capital. Pero en Tukums también fue objeto de comportamientos homófobos y atacado físicamente en cuatro ocasiones.
Algunos funcionarios locales dejan entrever que Normunds Kinzulis se suicidó
Tanto la Policía como la Fiscalía han asegurado que estudiarán el suceso y el incendio, aunque los funcionarios locales afirman que “no constituye necesariamente un delito” y algunos dejan entrever que se suicidó por las amenazas que recibió. Sin embargo, un incendio rara vez se elige como método en estos casos.
El caso suscitó un debate nacional sobre la homofobia en Letonia, un país que desde 2006 prohíbe explícitamente el matrimonio igualitario. Este país está gobernado principalmente por partidos conservadores y ha mostrado una clara aversión a los derechos del colectivo.
El país báltico, pese a ser uno de los más hostiles de la Unión europea para su población LGTB, ha empezado a mostrar algún signo esperanzador. El más simbólico ha sido la salida del armario de su ministro de Exteriores, Edgars Rinkevics, en noviembre de 2014. Reelegido para su puesto en 2018, sigue abogando por el reconocimiento de las parejas del mismo sexo.
Otro gesto ha sido la rectificación de una promoción de San Valentín de los autobuses de la capital Riga que excluía a las parejas del mismo sexo.
Resabios inquisitoriales. ¡Qué imperfecto sigue siendo el ser humano!