Las fuerzas gubernamentales sirias, apoyadas por Rusia, alcanzaron un hospital, un banco de sangre y otras instalaciones médicas, así como una panadería y una escuela en pueblos y ciudades bajo el control de grupos armados de oposición en Idlib, en lo que parecen ser ataques directos contra bienes civiles o ataques indiscriminados. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, tras verificar seis ataques.
A lo largo del último mes, el gobierno sirio ha intensificado sus ataques aéreos y sus ataques de artillería contra zonas densamente pobladas situadas en la estratégica carretera internacional que une Damasco y Alepo, conocida como M5.
Amnistía Internacional entrevistó a 13 residentes que habían presenciado esos ataques en Saraqeb, Jan Sheijun, Talmans y Sheikh Idriss, en Idlib. La organización verificó las declaraciones de testigos mediante el análisis de vídeos, información procedente de fuentes de acceso público e imágenes de satélite. Al menos cuatro civiles murieron y cuatro resultaron heridos en estos ataques.
Cuando van ya ocho años de crisis, el gobierno sirio sigue mostrando un absoluto desprecio por las leyes de la guerra y las vidas de civiles.
Según los testimonios, la reciente escalada de violencia ha desplazado a miles de personas a ciudades y pueblos cercanos a la frontera con Turquía.
“Cuando van ya ocho años de crisis, el gobierno sirio sigue mostrando un absoluto desprecio por las leyes de la guerra y las vidas de civiles. Los logros militares se han obtenido con un gran coste para la población civil: han muerto decenas de miles de personas y se han arrasado ciudades y pueblos. Rusia y Turquía, como principales respaldos de las partes en el conflicto, deben atender las advertencias de la ONU y garantizar que la inminente ofensiva contra Idlib da prioridad a la protección de la población civil y no agrava la crisis humanitaria”, ha manifestado Lynn Maalouf, directora de investigación para Oriente Medio de Amnistía Internacional.
“Los ataques constantes en Idlib encajan en el mismo patrón que ya hemos visto antes en Alepo, Daraa y el Damasco Rural, donde las fuerzas gubernamentales sirias han alcanzado hospitales, instalaciones médicas, equipos de respuesta a emergencias, panaderías y escuelas, sin dejar a la población más opción que la huida. Está claro que el gobierno sirio, con el apoyo de Rusia, está recurriendo a las mismas tácticas militares ilegítimas que dieron lugar a desplazamientos masivos y, en algunos casos, a desplazamientos forzados”, ha manifestado Lynn Maalouf.
Según testigos, Hayat Tahrir al Sham (HTS) y los grupos armados que actúan bajo su amparo están presentes en varias ciudades y pueblos, ya sea en puestos de control, bases militares, comisarías de policía o patrullando regularmente barrios residenciales. Asimismo, se cree que los ayuntamientos dirigidos por civiles están —en algunos casos, a la fuerza— afiliados al Gobierno de Salvación, establecido en 2017 por HTS, cuentan con su apoyo o están custodiados por él.
HTS tiene la obligación de tomar todas las precauciones posibles para salvaguardar a la población civil bajo su control, lo cual incluye evitar situar combatientes y objetivos militares en las cercanías de concentraciones de civiles.
“HTS tiene la obligación de tomar todas las precauciones posibles para salvaguardar a la población civil bajo su control, lo cual incluye evitar situar combatientes y objetivos militares en las cercanías de concentraciones de civiles. El situar imprudentemente lo que parece ser un objetivo militar en las cercanías de instalaciones médicas y en una zona poblada pone ilegítimamente en peligro a la población y las infraestructuras civiles”, ha declarado Lynn Maalouf.
Escuela atacada en Sheikh Idriss
El 26 de marzo, las fuerzas gubernamentales sirias dispararon cohetes contra una escuela en Sheikh Idriss, al este de la ciudad de Idlib, hacia las ocho y media de la mañana, durante el horario escolar. Dos miembros del personal de un hospital de campaña en Saraqeb dijeron a Amnistía Internacional que en el ataque había muerto un niño de 10 años y habían resultado heridos otros dos, de 9 y 10 años, uno de los cuales se encuentra en estado crítico. Según los residentes, parece que los cohetes fueron lanzados desde la base militar de Abu Dohour, situada a 20 km de Sheikh Idriss. En las cercanías de la escuela no hay objetivos militares.
Un residente que visitó la escuela inmediatamente después del ataque, dijo: “Oí la explosión e inmediatamente me dirigí a la escuela. Tres minutos después del ataque llegaba allí con mi motocicleta […] Uno de los cohetes cayó en el patio de recreo. Según parece, había niños jugando allí. Tres resultaron heridos. Uno de ellos murió […] Vi la sangre y el cráter […] Ha habido muchos ataques con lanzacohetes desde el aeropuerto de Abu Dohour […] Estaba claro que el objetivo era la escuela, porque uno de los cohetes cayó en el patio y los demás cayeron alrededor de la escuela, en un radio de 200 metros. Allí no hay objetivos militares, ni del HTS ni de ninguna otra facción. Esta área está situada en la zona de desmilitarización, así que realmente no hay nada”.
Ataques contra hospitales de campaña
En Saraqeb, el 9 de marzo, según cuatro testigos, las fuerzas gubernamentales sirias lanzaron cuatro municiones en un ataque aéreo que alcanzó el hospital de Al Hayat, un banco de sangre, una unidad de respuesta de ambulancias, y la Defensa Civil Siria, conocida también como los Cascos Blancos: todos ellos situados en un área de 100 metros unos de otros.
Según el relato de los testigos, las explosiones causaron daños graves en las estructuras e hirieron a un miembro del personal de la unidad de respuesta de ambulancias. El hospital de Al Hayat fue cerrado después del ataque, y los pacientes en estado crítico fueron trasladados a hospitales cercanos, mientras que otros fueron enviados a sus casas, según cuentan los residentes.
Los ataques deliberados contra personas y bienes civiles, incluidos hospitales y otras instalaciones médicas, y los ataques indiscriminados que matan o hieren a civiles, son crímenes de guerra.
Los testigos contaron a Amnistía Internacional que dos civiles —un hombre de 25 años y un niño— habían muerto ese mismo día en ataques aéreos contra barrios residenciales a unos 150 metros de otro hospital de campaña. Según afirmaron, la escalada de los ataques contra edificios residenciales y otros edificios civiles en las últimas semanas había desplazado a la mitad de la población a las afueras de Saraqeb, hacia los campos de cultivo o cerca de la frontera con Turquía.
El Cuerpo de Verificación Digital de Amnistía pudo corroborar muchas de estas afirmaciones mediante análisis de vídeos, que incluían los testimonios de residentes de Saraqeb sobre el ataque del 9 de marzo de 2019 contra un banco de sangre y contra el hospital de Al Hayat.
La organización examinó también imágenes de satélite registradas el 17 de marzo de 2019 e identificó el hospital de Al Hayat y geolocalizó el probable banco de sangre cerca del hospital utilizando información verificable procedente de fuentes de acceso público, y fotos y vídeos publicados en redes sociales. A unos 100 metros al oeste del hospital, en un campo, se ve lo que probablemente es un gran cráter.
Saraqeb está bajo el control de Liwa’ Jabhat Thuwar Saraqeb wa Rifouha [la Brigada del Frente Revolucionario de Saraqeb y la Zona Rural], perteneciente al HTS.
De igual modo, en el pueblo de Talmans, al sur de Idlib, dos residentes dijeron a Amnistía Internacional que, el 11 de marzo, hacia las 3:35 de la tarde, las fuerzas del gobierno sirio bombardearon una zona cercana al hospital privado de Al Rahme. Los proyectiles cayeron en un campo de cereal cercano: mataron a dos trabajadores agrícolas e hirieron a un tercero. No hay objetivos militares en las cercanías del ataque. Uno de los residentes dijo a Amnistía Internacional que cerca del hospital viven personas desplazadas de otras ciudades y pueblos. Dijo: “El hospital de Al Rahme fue bombardeado con cuatro proyectiles. Todos cayeron junto al hospital, pero no en su interior. El hospital dejó de estar en servicio porque la zona es atacada a diario. Es un hospital privado. El propietario lo cerró para evitar otros ataques”.
Amnistía Internacional pide a los grupos armados apoyados por Turquía en la zona de protección de Afrin y el Éufrates que proporcionen acceso sin trabas a la población civil que huye de la violencia en Idlib.
Amnistía Internacional entrevistó también a cuatro residentes de Jan Sheijun, al sur de Idlib, quienes dijeron que la inmensa mayoría de los residentes habían sido desplazados después de que la escalada de los ataques aéreos y de artillería en febrero destruyera o dañara casas y otros edificios, incluidas dos panaderías y clínicas médicas situadas en edificios residenciales. Un voluntario de defensa civil dijo: “La panadería de Al Rawda, la panadería principal de Jan, fue destruida en un ataque aéreo a las once y media de la mañana […] Retiré los cadáveres de dos hombres que habían muerto en la explosión, en la calle, delante de la panadería”. Los residentes dijeron que en Jan Sheijun ya no había ningún hospital operativo después de que un ataque aéreo destruyera en febrero de 2018 el único hospital de campo que había en la localidad. El hospital más cercano está a 20 km, en Maarat al Noman.
“Los ataques deliberados contra personas y bienes civiles, incluidos hospitales y otras instalaciones médicas, y los ataques indiscriminados que matan o hieren a civiles, son crímenes de guerra”, ha declarado Lynn Maalouf.
“Amnistía Internacional pide a los grupos armados apoyados por Turquía en la zona de protección de Afrin y el Éufrates que proporcionen acceso sin trabas a la población civil que huye de la violencia en Idlib. Turquía debe abrir sus fronteras a la población civil que desea huir, y también a las organizaciones humanitarias que proporcionan ayuda esencial a civiles que necesitan asistencia en partes de Siria bajo control turco”, ha manifestado Lynn Maalouf.