Luis Víctor Moreno Barbieri
Vicepresidente de Pacma
Escribo estas líneas recién aterrizado (literalmente) de Estrasburgo, con las vivencias frescas de lo compartido en estos últimos días. Junto a los compañeros de otros once partidos animalistas europeos y la eurodiputada Anja Hazekamp, hemos estado trabajando sobre una estrategia para, a corto plazo limitar el transporte de animales, pero con el objetivo y la vista puesta en conseguir la total prohibición de su transporte, intra y extracomunitario.
Gracias al intenso trabajo de Anja y Stephan Eck, se ha conseguido que los eurodiputados aprueben mejoras como la limitación a ocho horas del tiempo máximo de transporte de los animales, algo que ahora mismo puede prolongarse a días e incluso semanas. Además, deberán aplicarse controles más estrictos para asegurar el cumplimiento de las normas de la Unión Europea en materia de bienestar animal. También se aprobó la limitación del transporte de lactantes menores de 14 días y un primer paso para conseguir la prohibición de los sacrificios religiosos sin aturdimiento (Halal y Kosher). Pequeños pasos de un largo camino por recorrer.

Este verano, Anja y Stephan viajaron a las fronteras de Europa para documentar de primera mano las terribles condiciones que padecen los animales. Como Anja cuenta, lo que vieron allí no lo olvidarán nunca, y algunas de las fotos que obtuvieron han servido para mostrar al resto de sus compañeros de Parlamento la cruda realidad, el sufrimiento en estado puro, los ojos de seres que pedían a gritos el fin del tormento.
Son tan brutales las condiciones que soportan los animales durante su transporte que, los cerdos, en pleno invierno, debido a las bajas temperaturas y viajando pegados a los barrotes de los camiones, al ser separados, su piel arrancada queda unida al metal. En verano, la temperatura de los remolques supera los 50 grados, muriendo por colapso y falta de agua, tras una agonía indescriptible. Además, los golpes y huesos rotos son la tónica habitual. Los animales que no pueden bajar por su propio pie son sacados, en el mejor de los casos en carretillas o, como es más frecuente, arrastrados por alguno de sus miembros. La falta de protocolos de asistencia en los accidentes de los camiones provoca situaciones dantescas, donde las víctimas sufren largas agonías sobre el asfalto, sin que un veterinario les preste la mínima ayuda para evitarla.
Cuando por las carreteras pasamos al lado de estos camiones, cargados con decenas e incluso centenares de animales camino al matadero, y atisbamos sus miradas entre las rejas, pocos podrán evitar un momento de compasión, por poca empatía que se tenga. A veces, vemos como los cerdos tratan de sacar sus hocicos por los resquicios para capturar un poco de aire. Para muchos de ellos será la primera vez que salen de las naves de las granjas donde han sido criados y engordados. Posiblemente será la primera y última vez que vean el sol o sientan el aire sobre sus lomos. Qué tristeza, qué profunda tristeza.
Nuestro objetivo político y social es vencer y convencer. Por eso, los partidos animalistas realizamos un doble trabajo: dentro de los parlamentos, en los despachos y ministerios, para conseguir las necesarias modificaciones legales. Y en la calle, mostrando a la gente lo que algunos no quieren que se conozca. Durante los días previos a la votación, un camión con grandes pantallas recorrió las calles de Estrasburgo mostrando imágenes que documentan lo que aquí te cuento. Imágenes obtenidas en diversos países europeos y que muestran las terribles condiciones en las que viajan los animales. No solo vencer las votaciones, sino convencer a la sociedad y posicionarla del lado de la empatía y la compasión. De este modo, aunque ahora no consigamos que los políticos de corazón helado voten a favor de los animales, será la presión social la que finalmente les obligue a tomar partido por la justicia y la ética.
Tenemos que seguir concienciando a las personas que desconocen el enorme sufrimiento de millones de individuos que todos los años viajan camino a la muerte en extenuantes jornadas. Tenemos que seguir trabajando para que socialistas y populares dejen de hacer piña cada vez que tienen que votar medidas que mejorarían las condiciones en que son tratados los animales. Manda narices que solo se pongan de acuerdo para votar contra los animales.