
Los datos que muestra el Banco de España (Se pueden ver aquí) reflejan que las políticas llevadas a cabo por los gobiernos de nueva hornada han provocado una reducción general en la deuda municipal de 2017. Madrid, Barcelona y Valencia lideran esa amortización.
El ayuntamiento de Barcelona debía 840 millones de euros en el último trimestre de 2016. Ahora esa cifra se coloca en los 799 millones. Una caída de la deuda que aún ha sido más pronunciada en Valencia, donde el gobierno dirigido por el alcalde Joan Ribó, de Compromís, ha amortizado 59 millones de euros, dejando la cifra final en 597 millones.
Madrid se merece una mención especial. Cuando Manuela Carmena fue nombrada alcaldesa tenía una deuda de 5.583 millones de euros y al cierre del tercer trimestre era de 3.511 millones, es decir, una reducción de 2072 millones en dos años.