Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha calificado de “insensato” juzgar la situación que se vivió en las residencias por los audios destapados ayer en los que, Ramona, la hija de Alejina, una de las residentes, habla con una doctora y con el director de la residencia para ver si es posible derivar a su madre a un hospital.
Ayuso señala que es “muy injusto extraer conversaciones con audios” para valorar esta gestión y ha asegurado, en un alarde de conocimientos médicos, que aunque hubieran “pedido un refuerzo extraordinario de médicos”, no había alternativa, ya que “cuando [el coronavirus] entra en el cuerpo de una persona mayor, avisa tarde”.
En la conversación telefónica que tuvo Ramona con una doctora, la madre llega a preguntar directamente a la facultativa: «De llevarla al hospital, nada ¿no?». La respuesta de la sanitaria fue clara: «Nada, no». «Cuando llamas a pedir ambulancia ellos te dicen: ‘¿Tiene síntomas respiratorios? A consultar con el geriatra del hospital’. Y con el geriatra del hospital es con quien hemos manejado a Alejina. Y no tiene criterios para derivación», confirma.
Tras esta explicación, la sanitaria expone los criterios de derivación. «La Comunidad de Madrid tiene unos criterios para los residentes que son: uno, puede ser trasladado a urgencias todo aquel paciente que tenga infección respiratoria o insuficiencia respiratoria. Dos, que no tenga deterioro cognitivo. Tres, que tenga un parte que sea una persona independiente. Cuatro, que no tenga patologías asociadas, que no sea hipertenso, que no sea diabético, que no tenga antecedentes de nada».
Ramona empezó a llamar desesperada a centros hospitalarios y al 112 para conseguir una cama para su madre. Lleva 13 días enferma de covid-19, pero no la hospitalizan, pese al ruego de la hija. La anciana morirá 17 días después de esta llamada.
El audio, adelantado por ‘El Periódico’, forma parte de una denuncia que se presentará ante el juzgado, es prueba palpable de cómo se materializaba una praxis que las familias de ancianos ingresados en residencias vienen denunciando desde hace semanas: en pleno auge del coronavirus, con las ucis hospitalarias al borde del colapso, los abuelos enfermos no eran derivados a los centros sanitarios.