La política en España está lejos de ser una esfera tranquila, y cada oportunidad se convierte en un escenario para captar la atención. La reciente cena navideña del Partido Popular (PP) en Madrid fue un ejemplo claro, con Isabel Díaz Ayuso como protagonista.
En este evento, la presidenta madrileña estuvo acompañada por Alberto Núñez Feijóo y José Luis Martínez-Almeida. Juntos, se unieron para manifestar su desacuerdo con los pactos del gobierno de Pedro Sánchez, la ley de amnistía y la futura moción de censura acordada entre el PSOE y EH Bildu, que otorgará la alcaldía de Pamplona a los abertzales.
Sin embargo, lo más destacado no fueron los discursos dirigidos al millar de militantes reunidos en el Pabellón Satélite de la Casa de Campo. El momento cúspide de la velada fue la entrega de cestas de fruta a cuatro afiliados, haciendo referencia al comentario “me gusta la fruta” con el que Ayuso intentó suavizar un insulto al presidente del Gobierno durante el debate de investidura.

Desde entonces, la líder popular ha utilizado la expresión en diversas ocasiones, incluyendo este lunes. Tras finalizar su intervención, dejó un “hoy de postre hay fruta”, provocando la efervescencia entre sus seguidores en la sala.
Previamente, Feijóo había instado al PP de Madrid, al que se unió tras su salida de Galicia, a “prepararse para el 2024”, enfatizando que “no se cansarán de defender la democracia” mientras el PSOE continúe “deteriorándola”. Asimismo, advirtió que denunciarán cualquier “atropello democrático” de Sánchez.
“A tener memoria y a votar” y “a volver a ganar con ganas”, arengó el líder del PP, haciendo referencia al lema ‘ayusista’, ante un 2024 con elecciones en Galicia, País Vasco y al Parlamento Europeo, mientras Ayuso enfrentaba su intervención con evidente afonía.
Para Díaz Ayuso, el proyecto de Sánchez tiene un destino marcado, argumentando que “las horas están contadas”, criticando que “nunca debería haber nacido” y añadiendo que “si hubieran ido a las claras no estarían al frente de las instituciones”.
Ni con toda la fruta del mundo, podrás depurar todas las impurezas que salen de esa boca.
Imitando fielmente a sus ídolos, los republicanos yanquis, esta pobre mujer ha aceptado convertirse en el ídolo de un movimiento de odio, que necesariamente generará violencia y sufrimiento.