Bakunin y Marx fueron dos figuras importantes en la historia del pensamiento político y social del siglo XIX, y aunque compartían algunos puntos de vista, como su crítica al capitalismo y la defensa de una sociedad sin clases, también tenían importantes diferencias que dieron lugar a una rivalidad entre ellos.
Bakunin y Marx se conocieron personalmente en 1844 en Colonia, Alemania, donde ambos participaban en el movimiento revolucionario de la época. En esa época, Marx y Bakunin compartían algunas ideas políticas y se unieron a la Liga de los Comunistas, una organización revolucionaria que buscaba la creación de un Estado comunista en Alemania. A medida que pasó el tiempo, las diferencias ideológicas entre Bakunin y Marx se acentuaron, y su relación personal se volvió cada vez más tensa.
La rivalidad entre Bakunin y Marx también tuvo un componente personal, ya que ambos eran figuras muy influyentes dentro del movimiento socialista y competían por el liderazgo intelectual y político de este. Además, la rivalidad se acentuó por las diferencias políticas entre los seguidores de Bakunin y los de Marx, que a menudo se enfrentaron en disputas ideológicas y organizativas dentro del movimiento socialista.
De Bakunin a Marx
En general, Bakunin criticaba a Marx y a su teoría del comunismo científico por lo que consideraba su carácter autoritario y centralizado. Bakunin sostenía que la lucha por la emancipación social debía ser llevada a cabo por los trabajadores y los oprimidos de manera directa, sin la mediación de un partido político o un Estado revolucionario.
Según Bakunin, el comunismo marxista implicaba la creación de un nuevo Estado y una nueva clase dirigente, lo que llevaría a una nueva forma de opresión y explotación. Sostenía que el marxismo creaba una nueva forma de opresión, en la que la clase trabajadora se convertía en una nueva élite dominante y el Estado proletario ejercía un control total sobre la sociedad.
Bakunin argumentaba que el comunismo marxista no era verdaderamente socialista, ya que no permitía la autonomía individual y la libertad política. Para Bakunin, el verdadero socialismo debía estar basado en la autogestión y el control democrático de la sociedad por parte de las comunidades locales y los trabajadores organizados. Bakunin creía que la verdadera liberación social sólo podía lograrse a través de la abolición del Estado y la propiedad privada, no a través de su transformación en una forma diferente de opresión.
De Marx a Bakunin
Por otro lado, Marx también criticaba a Bakunin y al anarquismo por lo que consideraba su falta de rigor teórico y su falta de comprensión de la importancia del desarrollo histórico y económico.
Marx y Engels tenían una visión crítica del anarquismo y consideraban que era una corriente política que no proporcionaba una solución adecuada a los problemas del capitalismo y la opresión social. Marx y Engels argumentaban que el anarquismo era demasiado utópico y no ofrecía un análisis profundo de la naturaleza de la sociedad capitalista y de las fuerzas que la impulsaban.
Marx y Engels criticaron específicamente la visión anarquista de la abolición inmediata del Estado y la propiedad privada. Sostenían que esto no era posible sin antes llevar a cabo una revolución proletaria que permitiera la toma del poder político por parte de la clase trabajadora. Marx argumentaba que la abolición del Estado y la propiedad privada sólo podía tener lugar en una fase posterior del desarrollo histórico, cuando se hubiera logrado una sociedad comunista avanzada y desarrollada.
Referencias:
- Marshall Shatz, “Bakunin, Mikhail Aleksandrovich,” in The Oxford Encyclopedia of the Modern World, ed. Peter N. Stearns (Oxford: Oxford University Press, 2008), vol. 1, pp. 320-323.
- Karl Marx and Friedrich Engels, “Circular Letter to August Bebel, Wilhelm Liebknecht, Wilhelm Bracke, and Others” (1879), in Selected Works, vol. 3 (Moscow: Progress Publishers, 1975), pp. 399-406.