El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, confirmó este viernes que durante el segundo semestre de este año pretende hacer una visita oficial a China, el mayor socio comercial del país.

Bolsonaro se refirió a ese viaje durante una ceremonia en que recibió las credenciales del nuevo embajador de China en Brasil, Yang Wanming, y reiteró que la intención de su Gobierno en materia de política exterior es expandir las relaciones comerciales con “todo” el mundo.

“Vamos a mejorar la relación. Queremos aproximarnos”, “ampliar nuestros negocios, abrir nuevas fronteras”, declaró el gobernante, quien apuntó que esa es la “directriz” que ha dado a todos sus ministros.

Aunque no aclaró la fecha probable, el mandatario explicó a periodistas que el viaje a China será “durante el segundo semestre”, pues su agenda externa estará “muy cargada” en los próximos meses.

China es desde hace unos cinco años el principal socio comercial de Brasil en el mundo y destino de la mayoría de las exportaciones de materias primas brasileñas, así como mantiene unas cuantiosas inversiones en el país suramericano, sobre todo en materia de energía.

Sin embargo, Bolsonaro ha insinuado que, en comercio exterior, dará una mayor prioridad a Estados Unidos, país al que viajará a fines de la semana próxima para la que será su primera cita con el presidente Donald Trump, de quien se confiesa “admirador”.

Este mismo mes, también tiene previsto hacer una visita oficial a Chile en el marco de su participación en una cumbre convocada por el presidente chileno, Sebastián Piñera, para debatir la constitución de Prosur, un nuevo mecanismo de integración que pudiera sustituir a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Asimismo, Bolsonaro ha anunciado para fines de marzo una visita a Israel, país que también ha incluido entre las prioridades de su política exterior.

Aunque no lo ha confirmado desde que asumió el poder, el pasado 1 de enero, durante la campaña para las elecciones de 2018 Bolsonaro manifestó su intención de mudar la embajada de Brasil en Israel y trasladarla desde su actual sede en Tel Aviv a Jerusalén.

Esa posible mudanza generó malestar en muchos países árabes, que están entre los principales importadores de pollo de Brasil, que es a su vez uno de los mayores productores de aves del mundo.

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