Brasil, un país de “maricas” según Bolsonaro, llegó este martes a 162.829 fallecidos por coronavirus, en medio de un “apagón” de datos debido a que un virus infectó los sistemas informáticos del Ministerio de Salud la pasada semana y viene imposibilitando la actualización real de las cifras desde hace días. Sin los datos actualizados de cinco de los 27 estados brasileños, Brasil sumó 201 nuevas muertes y 25.012 nuevas infecciones por COVID-19 en las últimas 24 horas.

Sao Paulo, la región más poblada de Brasil con unos 46 millones de habitantes, otros estados no han actualizado sus estadísticas diarias, entre ellos Minas Gerais, el segundo más poblado y el con el segundo mayor número de casos de covid-19, cuyos últimos datos disponibles datan del pasado día 7. Río de Janeiro, Goias y Mato Grosso do Sul tampoco han facilitado los datos referentes a las últimas jornadas. Otras regiones, como Paraná, Amazonas o Santa Catarina, igualmente han informado sobre las imposibilidad de acceder a los sistemas a lo largo de la semana.

El país contabiliza, así, un total de 5.700.044 casos confirmados de la enfermedad, lo que le mantiene como uno de los países más afectados por la pandemia, al lado de Estados Unidos e India. Pero los números son mayores debido a que algunos estados no consiguen actualizar sus cifras.

Un país de “maricas”

Sin embargo, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ignora estas cifras y ha vuelto a la senda de las polémicas y afirmó este martes que es necesario enfrentar la pandemia del coronavirus con coraje y que Brasil debe dejar de ser «un país de maricas», en una referencia al miedo al Covid-19.

«Ahora todo es la pandemia. Lo siento por los muertos, lo siento. Todos vamos a morir un día, aquí todos moriremos algún día (…) De nada sirve huir de esto, de la realidad. Tenemos que dejar de ser un país de maricas», dijo el mandatario en una ceremonia en el Palacio del Planalto.

La economía siempre por delante para Bolsonaro

Bolsonaro, siempre negacionista, se mostró exaltado con el impacto económico del virus y alertó de que «ahora comienzan a amedrentar al pueblo» con una eventual segunda ola. Insistió en que «la pandemia fue superdimensionada», e ironizó con que la prensa volverá a condenarlo por eso y aseguró que «todo» lo que criticó en relación a las cuarentenas ha quedado «comprobado».

«Les dijeron quédense en casa que la economía se recupera después y los hundieron a todos», al tiempo que «esposaban y detenían a unas mujeres por ir a una playa» como «sólo ocurre en las dictaduras», dijo en alusión a las medidas tomadas por alcaldes y gobernadores para intentar detener el avance de la pandemia.

Bolsonaro volvió sobre la idea de priorizar la economía por encima de la vida de la gente que tan malos resultados dio y sigue dando al país, recordando que ya alertó sobre las consecuencias que tendría el cierre temporal de empresas y comercios. Sostuvo que «ahora, esa payasada que tenemos por prensa, dice que el hambre nos amenaza de nuevo» en el país. «Amenazan con la segunda ola. Hay que enfrentarlo. Es la vida. Tengo sentimientos por todos los que murieron», dijo el gobernante, y apuntó: «No hay cómo escaparse de la realidad. Hay que dejar de ser un país de maricas».

El presidente brasileño reclamó sobre la decisión del Supremo que puso en manos de alcaldes y municipios las decisiones sobre cuarentenas, ya acabadas, se quejó de que «no le dejaron» adoptar medidas y afirmó que al país «no le faltó un líder, sino que le faltó dejar a un líder trabajar».

Bolsonaro define Brasil como un país de maricas
Bolsonaro: ‘Todos nos vamos a morir un día… tienen que dejar de ser un país de maricas’

Bolsonaro, un pobre hombre

Subrayó Bolsonaro que no es un «superhombre» y dijo que su vida en el poder es «una desgracia».

«No tengo paz para absolutamente nada, no puedo salir a la calle para comer un pastel o hacer bromas porque la prensa me destroza», declaró en un tono de rabiosa queja, y agregó que ve «personas que articulan» desde ya para las elecciones presidenciales de 2022 y lo hacen «mintiendo, provocando, calumniando y persiguiendo familias».

En un mensaje a los empresarios, pidió que vean cómo la izquierda vuelve a ocupar el poder en varios países suramericanos, donde ahora «aumentan los intereses y los impuestos y hasta se expropia». Según Bolsonaro, en las elecciones de 2022, «Brasil no puede ir otra vez hacia ese lado».

 

DEJA UNA RESPUESTA