
Cabe recordar que los gorilas de montaña sobreviven en dos poblaciones aisladas, entre los volcanes Virunga en los límites de la República Democrática del Congo, Ruanda y Uganda; y el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi, en Uganda. Desde 1991, la conservación de los gorilas de montaña ha sido liderada por el Programa Internacional de Conservación del Gorila (IGCP, de su nombre en inglés), una coalición en la que participa WWF y Fauna y Flora Internacional. Los hallazgos son el resultado de un estudio pormenorizado, coordinado por la Colaboración Transfronteriza del Gran Virunga y apoyado por el IGCP.
Sin embargo, a pesar de esta buena noticia, el estudio advierte que aún persisten amenazas directas sobre ellos. De hecho, los gorilas siguen siendo asesinados para comerciar ilegamente con su carne, un bien cada vez más codiciado. Por otro lado, su hábitat está también muy amenazado por ciertas empresas madereras que talan de forma indiscriminada los árboles que necesitan para sobrevivir, junto a otras compañías que se dedican a la extracción de combustibles fósiles.
De igual forma, durante los sondeos, los equipos encontraron y destruyeron más de 380 trampas colocadas para los antílopes, en los que caen accidentalmente y mueren los gorilas. De hecho, en una de las trampas que se encontraron yacía un gorila de montaña muerto. También hay nuevos peligros inminentes, como el cambio climático, el desarrollo de infraestructuras o el riesgo de las enfermedades contagiosas, como el ébola, que podrían llegar a devastar sus poblaciones.
Por otro lado, los conflictos y la agitación civil en la región también suponen un problema, pues tienen consecuencias tanto en la población como en la vida salvaje.
Para combatir estas amenazas WWF tiene activa la campaña stoptraficoespecies.es, que ya supera las 50.000 firmas de apoyo para luchar contra el tráfico de especies que, como el gorila de montaña, se encuentran en peligro de extinción.
Cabe recordar que este delito, promovido por poderosas mafias internacionales, es equiparable en volumen de negocio al tráfico de drogas y armas. De hecho, en las dos últimas décadas han sido asesinados más de 130 guardabosques en el Parque Nacional Virunga, en República Democrática del Congo, protegiendo a los gorilas de montaña.
Según Luis Suárez, Responsable del Programa de Especies de WWF: “Es una noticia esperanzadora para los gorilas de montaña. Sobre todo, porque demuestra lo que podemos hacer por la naturaleza cuando ONG, gobiernos y comunidades trabajamos juntos”. Pero puntualiza: “Sin embargo, el alto número de trampas halladas y las amenazas a las que se enfrentan indican que aún falta mucho para ganar la batalla. Los tres países en los que habita este gorila deben continuar trabajando juntos para salvaguardar el macizo Virunga. Y finaliza “Deben hacerlo no solo para proteger a estas increíbles criaturas, sino también para el bienestar de la población local, con quienes comparten el paisaje. La historia del gorila de montaña puede ser un modelo de cómo restaurar y mantener la biodiversidad de nuestro Planeta”.