Pese a la buena calidad de los cielos de la Comarca de Bergantiños, especialmente en el período estival, la instalación inapropiada de farolas led de alta intensidad en las parroquias convierte a esta localidad coruñesa en una de las más contaminadas a nivel lumínico de toda la Costa da Morte.

Los días 26 y 27 de marzo se desarrollaron en el Centro Arqueológico del Dolmen de Dombate las jornadas «A luz da Ciencia», presentadas por los diputados provinciales del BNG Xosé Regueira Varela y Xosé Luis Penas Corral y donde José Muíño Domínguez, alcalde del PP en Cabana de Bergantiños, fue uno de los protagonistas a la hora de vender la localidad como «destino astronómico».

En la actividad se habló de astronomía pero también de calidad de cielos, hecho que contrasta con la realidad tras la sustitución de farolas convencionales por led de alta intensidad en distintos puntos parroquiales de Cabana de Bergantiños, dado que si bien son eficientes a nivel energético dificultan la observación nocturna y la astrofotografía.
En el caso de los montes de la parroquia donde se encuentra el recinto, Borneiro, el problema se ha amplificado tras la instalación del parque eólico Mouriños, de Naturgy, apoyado con informes favorables por parte del actual regidor municipal y en cuya cumbre principal, a Fernandiña, se ha instalado un aerogenerador de 151 metros de altura tras la voladura con explosivos de parte de la cumbre.

A Fernandiña, de 380 metros de altura, ha sido punto de referencia durante años de la organización de «A ruta das estrelas» e innumerables observaciones astronómicas particulares, pero sin embargo ahora sufre el impacto de las luces nocturnas de posición no sólo de un aerogenerador, sino también de los otros dos que conforman el parque eólico dificultando la observación astronómica e impidiendo la realización fotográfica celeste en condiciones idóneas.

LA CONTAMINACIÓN LUMÍNICA, UN PROBLEMA PARA LA OBSERVACIÓN NOCTURNA
La contaminación lumínica es, por definición, la emisión de un flujo luminoso por fuentes artificiales de luz pertenecientes al alumbrado nocturno, con intensidades, direcciones o rangos espectrales inadecuados. Desde la llegada de los leds los datos científicos demuestan que desde que empezó su implantación y pese a las campañas publicitarias de la industria, este problema crece a un ritmo medio superior a un 2,2% anual, teniendo en cuenta que en Europa este problema afecta ya a un 85% del territorio.
Esta luz directa o reflejada en objetos o superficies se proyecta fuera de la zona a iluminar, e invade el medio ambiente al dispersarse en la atmósfera, incrementando el brillo del fondo del cielo y minimizando la luz de los astros. De hecho, la primera en denunciar su impacto negativo ha sido la comunidad astronómica.
Esta problemática denota falta de inteligencia que a menudo muestran los equipos municipales en el diseño de las instalaciones de alumbrado público al exceder la potencia necesaria, lo que conlleva un gasto energético innecesario y acaba provocando este tipo de impacto nocturno.