Enésimo choque por el encaje de las familias que habitan en el espacio de los ‘comuns’. En plenas negociaciones a contrarreloj para ensamblar la coalición entre Catalunya en Comú y Podem, el núcleo de Ada Colau ha tratado de imponer una lista que incorpore a Gerardo Pisarello en el número tres y a Joan Mena (EUiA) en puestos de salida y garantizar que la lista sea cremallera entre hombres y mujeres. Un esquema que choca con la pretensión de Podem de colocar al ganador de sus primarias, Óscar Guardingo, entre los cinco primeros por Barcelona.
La lista propuesta por Catalunya en Comú ya hace equilibrios entre los diversos sectores que integran la confluencia. El cuarto teniente de alcaldía, Jaume Asens, encabezará la candidatura con el aval de Colau y Pablo Iglesias, haciendo tándem con Aina Vidal, un joven valor de ICV. Con esta fórmula se pacifica la relación entre tres de las sensibilidades principales en el espacio. Pero, por detrás, los ‘comuns’ quieren colocar a Pisarello para darle una salida del Ayuntamiento tras su frustrado desembarque en las listas al Parlamento Europeo.
La incorporación del hasta ahora número dos en el Ayuntamiento descuadra los precarios encajes de una formación integrada por varias familias enfrentadas. Joan Mena, de EUiA y también cercano al núcleo de Colau, aparece como número cuatro en la lista de Catalunya en Comú, lo que obliga a incorporar en medio a una mujer en la lista definitiva para garantizar la paridad de la candidatura. Por eso la oferta de Catalunya en Comú es colocar aquí a Mar García, miembro de Podem que quedó tercera en las primarias del partido.
Pero, de ocurrir así, el ganador de las primarias de Podem, Óscar Guardingo, se iría al número siete, es decir, quedaría fuera del Congreso según la mayoría de las encuestas que la formación maneja. Y para las bases de Podem, que ya tienen problemas para ver a Asens como propio después de que no haya pasado por sus primarias, dejar fuera al hasta ahora senador Òscar Guardingo sería un motivo de guerra.
El partido comenzará a partir de este fin de semana a negociar para resolver esta fricción, después de que en la Ejecutiva del miércoles varias voces cargaran contra la lista de Colau. Mientras, el secretario general de Podemos, Pablo Echenique, intenta mediar entre una ensalada de familias que ya se amargó con la salida del grupo de la diputada Elisenda Alamany, hace apenas tres semanas, y la consulta en Comunistas sobre concurrir a las generales con ERC, que se cerrará este fin de semana.
Reparto del dinero y coalición
La negociación todavía se complica más cuando se entra en el espinoso terreno del reparto de recursos entre los actores de la coalición. Xavier Domènech dejó sobre la mesa un acuerdo por el que Catalunya en Comú se quedaba el 75% del dinero y Podem el 25% restante, cifra que ahora los de Iglesias quieren aumentar hasta el 40%. Pero, para Colau, esta pretensión es inasumible. Tanto que, según explican diversas fuentes, la alcaldesa llegó a amenazar esta semana con romper la coalición con Podemos, extremo que la formación desmiente.
Esto ocurre cuando Catalunya en Comú está en pleno proceso de primarias y, paralelamente, sus bases están votando sobre reeditar la coalición con Podem para el 28A. Pero también en el momento que se están negociando las listas de diversos municipios, donde Podemos está jugando fuerte sus cartas. En unas cuantas ciudades medianas se da por hecho ya que los de Colau y los de Iglesias acudirán en listas diferentes, algo que podría extenderse si las bases moradas acaban sintiéndose menospreciadas en el reparto de la lista al Congreso.
Fuentes de la formación de Colau, sin embargo, niegan que haya un problema de puestos y dinero, sino “político”. “Estamos hablando de cómo reeditar coalición”, indican desde Catalunya en Comú. “Y sí estamos buscando un reconociendo del papel de CatComú como principal partido catalán del espacio del cambio. Ahora, es eso: un debate político, de relación entre espacios fraternos”, apostillan estas mismas fuentes.
Diferentes sensibilidades en Podem
En Podem, como si fuera una miniatura de Podemos, las sensibilidades se agolpan. La secretaria general, Noelia Bail, se ha alineado con la dirección de Iglesias después de haber formado parte del núcleo confianza del el exsecretario general Albano-Dante Fachin. La presidenta del grupo de los ‘comuns’ en el Parlament, Jéssica Albiach, es cercana a las tesis de Colau y se pone de perfil ante las pretensiones del sector dominante en su formación. También la familia de los anticapitalistas se mantiene en silencio, al ver con buenos ojos a Asens, hombre con estrechas relaciones con la izquierda independentista.
Los de Guardingo sí encuentran apoyos entre el sector federalista de ICV, que ha firmado un pacto con Colau para colocar a Vidal en el número dos pero que, pese a esto, considera que la lista se escora demasiado hacia las posiciones soberanistas. A eso se suma que han perdido peso en la lista de la alcaldesa para repetir en el Ayuntamiento, lo que no ha sentado bien entre los pata negra de Iniciativa.
Y mientras chocan las espadas, el tiempo corre. Las coaliciones deben prerregistrarse en la Junta Electoral antes del viernes que viene y los ‘comuns’ aún tienen que resolver dónde colocan al diputado Marcelo Expósito, que quiere repetir. Las encuestas internas les dan entre cinco y seis diputados por Barcelona –obtuvieron nueve en 2016–. Demasiados aspirantes para pocos escaños e infinitos frentes internos que no paran de achicar sus aspiraciones.
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