El autor confeso del disparo a una perra en Chantada (Lugo), que murió el martes debido a las graves heridas que presentaba, aseguró a agentes de la Guardia Civil que lo hizo porque el animal era “constituía un peligro para los vehículos”., tal y como se recoge en el atestado de la Guardia Civil en el que se explica la versión que dio a los agentes que se trasladaron al lugar de los hechos.

Un testigo que escuchó los disparos y luego vio al hombre arrastrando a la perra declaró que le recriminó que hubiese disparado al animal, a lo que el autor confeso le respondió “que había llamado a varios sitios para que lo recogiesen y que le hicieron caso omiso”.

El testigo también explicó que, después, “el hombre llevó la escopeta a casa” dejando a la perra tirada en el suelo “y volviendo inmediatamente con un cordón de atar pacas de hierba y el mástil de un pastor eléctrico” atando al animal “al cuello” para luego arrastrarlo “unos 200 metros”.

A su llegada, los agentes comprobaron que se trataba de una perra recién parida y que los cachorros, un total de seis, se encontraban en el interior de un galpón que estaba cerrado con una puerta.

Ahora, el autor de esta maldad se ha quedado sin licencia de armas y sin la escopeta que utilizó contra la perrita Alma. La licencia le ha sido suspendida y el arma confiscada no solo por la investigación en marcha contra él por este episodio de maltrato animal, sino porque al parecer durante la agresión disparó su escopeta junto a una carretera, algo expresamente prohibido por la legislación que regula en Galicia el uso de armas de caza.

Con el animal muerto a causa de sus heridas, este hombre puede enfrentarse a una condena de hasta dieciocho meses de cárcel.

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