Cientos de israelíes exigieron hoy en Tel Aviv la dimisión del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, después de que el jueves el fiscal general anunciara su intención de acusarlo en tres casos de corrupción.

“Netanyahu, Israel está avergonzado”, fue el lema proyectado en la fachada de un edificio al inicio de la manifestación, convocada por partidos de izquierda y en la que se calificó al Gobierno de Israel de corrupto.

Desde la plaza Habima, donde se convocan protestas antigubernamentales desde hace más de un año en el transcurso de las investigaciones que han implicado a Netanyahu en varios casos de corrupción, los manifestantes caminaron hasta la sede del partido de este, el Likud.

“Netanyahu debería haber abierto su discurso con dos palabras: ‘Yo renuncio'”, dijo la diputada del izquierdista partido Meretz, Michal Rozin, a los manifestantes, que coreaban cánticos como “Corrupto, vete a casa” o “Solo los corruptos temen a los tribunales”, informó el periódico “Jerusalem Post”.

Decenas de personas también se concentraron junto a la residencia del jefe de Gobierno en Jerusalén, con similares lemas y reivindicaciones.

El jueves, después de años de investigaciones, el fiscal general, Avijai Mandelblit, anunció su intención de acusar por cohecho, fraude y ruptura de la confianza a Netanyahu, pendiente ahora de una vista para formalizar la imputación.

La Fiscalía considera que hay indicios suficientes en el llamado Caso 4000, el más grave, en el que se le acusará de cohecho, fraude y ruptura de la confianza, por presuntamente hacer favores al gigante de telefonía Bezeq a cambio de una cobertura favorable para Netanyahu y su mujer Sara.

Los otros dos casos que le afectan, y por los que sería acusado de fraude y abuso de confianza, son el Caso 1000, sobre recepción de caros regalos de empresarios millonarios a cambio de favores políticos, y el 2000, sobre un acuerdo con el dueño del diario “Yediot Aharonot” para lograr una cobertura positiva a cambio de limitar a la competencia.

El anuncio se produce a poco más de un mes de las elecciones israelíes del próximo 9 de abril, y las primeras encuestas de intención del voto debilitan a su partido, el Likud, aunque no de forma drástica (de 29 a 25 escaños).

Otro sondeo realizado por la cadena Kan refleja que dos tercios de los israelíes creen que Netanyahu debería dimitir si finalmente es procesado, informó el digital “Times of Israel”.

Netanyahu no está obligado a dimitir aunque se formalice su acusación, pero, de reeditar su cargo tras los comicios, el Parlamento o el Tribunal Supremo pueden reclamar su renuncia para evitar injerencias en el Ministerio de Justicia.

El jefe de Gobierno israelí ha calificado su situación como “una caza de brujas” y ha asegurado que seguirá “sirviendo como primer ministro muchos, muchos años” porque “todas estas acusaciones van a colapsar”.

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