La excandidata demócrata a la Casa Blanca en los comicios de 2016, Hillary Clinton, reflexionó este viernes en Nueva York sobre la campaña electoral que anunció hace cuatro años y recomendó a los actuales aspirantes de su partido que se centren en el sistema sanitario, antes que en la inmigración.
En la clausura del foro “Women in the World” y entrevistada por el periodista de CNN Fareed Zakaria, la exsecretaria de Estado aplaudió la “diversidad” de los 18 demócratas que quieren disputarle la presidencia a Donald Trump y destacó que “las elecciones de 2020 pueden tratar sobre la sanidad”.
“Ahora mismo nuestro mayor reto es proteger la Ley de Cuidado Asequible de la Salud” afirmó Clinton, que urgió a los demócratas a actuar ante el embate republicano y aseguró estar “eternamente agradecida” al fallecido senador John McCain por emitir en 2017 un voto contrario a su disciplina de partido que impidió su derogación.
La política dijo que conseguir un “sistema sanitario universal” es su meta desde hace 25 años, “pero las especificidades importan”, señalando que hay que “ser muy honestos con el público sobre cuánto costaría, qué puede proveer a cada uno y cómo será la transición”.
Recordó que el programa Medicaid es público y que el seguro médico Medicare es mixto, pero apoya “desde hace tiempo una opción pública para Medicare” en la que se vaya bajando gradualmente la edad de acceso (65 años) para que alcance a más población.
Preguntada por dos posiciones populares entre los candidatos, el apoyo a la Ley de Cuidado Asequible y el “Medicare para todos”, tildado de comunista por Trump, y si le preocupa un escoramiento “demasiado a la izquierda” que les perjudique políticamente, Clinton restó importancia: “Espero que no”.
“Lo que me gustaría ver de los demócratas son las dos. Defiende la Ley (…) y a la vez ponte esa gran meta, porque si empezáramos de cero y no tuviéramos este sistema enrevesado, todos intentaríamos tener un enfoque que ofreciera sanidad de calidad y asequible”, afirmó, halagando los modelos de Alemania y Australia.
La excandidata presidencial abordó la inmigración en segundo lugar para arremeter contra su “uso político”: “Ni tenemos ni podemos tener fronteras abiertas porque no va en beneficio de nadie, pero tampoco puedes hacer demagogia y esperar que se resuelva el problema”, en referencia a la propuesta del muro de Trump.
En su opinión, para resolverlo habría que “cuadruplicar” el número de jueces de inmigración, contratar a personal en la frontera y organizarse para que los inmigrantes sean procesados rápidamente de manera legal y humana, “no separando familias y poniendo bebés en jaulas”, dijo apasionadamente y entre aplausos.
Sugirió, incluso, pedir a las grandes empresas tecnológicas que creen un sistema para “hacer el seguimiento de todos (los inmigrantes) y no perder a nadie, ni un bebé”, así como tener preparadas viviendas asequibles y jueces disponibles, “en lugar de negar y politizar”.
Clinton no quiso mostrar apoyo a ningún candidato pero les animó a “apelar a lo mejor de las personas, porque el lobo está en la puerta”, y sostuvo que un líder debería “unir”, en contraposición a lo que ella considera se vio en 2016 con Trump, en una campaña que describió como “oscura y negativa”.
Aparte de esas recomendaciones, la exsecretaria opinó sobre temas candentes: abogó por la divulgación del informe del fiscal Mueller sobre la trama rusa y admitió que las filtraciones del recién detenido Julian Assange a WikiLeaks le afectaron en 2010, creando un “alboroto” en el cuerpo diplomático de EE.UU.
Asimismo, consideró un “espantoso error” que el país se retire bajo el mandato de Trump de ciertos “estándares” institucionales porque “mina” su poder en la comunidad internacional, y criticó su “afinidad” con “autócratas, dictadores y nacionalistas”.