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Esta semana, la Iglesia madrileña ha presenciado un cambio de liderazgo. El cardenal Carlos Osoro ha sido relevado por el hasta ahora obispo auxiliar José Cobo Cano, quien asume el cargo de arzobispo de la ciudad. El papa Francisco ha sido el impulsor de este nombramiento, con la intención de aportar una tendencia modernizadora y aperturista a la institución.

Este miércoles por la noche, el nuevo prelado fue entrevistado en la Cadena SER por el periodista Aimar Bretos con el fin de conocerle un poco más a fondo. Bretos le planteó preguntas sobre los temas más sensibles que afectan a la Iglesia Católica en la actualidad. Las respuestas de Cobo dejaron varias declaraciones dignas de análisis.

En primer lugar, el periodista le preguntó si casaría a dos hombres homosexuales, a lo que el arzobispo respondió rotundamente con un «no». Argumentó que, según la tradición y la visión de la vida de la Iglesia, él cree que el matrimonio es para el hombre y la mujer. Además, comparó esta situación con celebrar una eucaristía con Coca-Cola.

Otra afirmación llamativa de Cobo fue cuando señaló que «Dios no es Harry Potter». Para explicar esta comparación, el arzobispo relató la historia de una mujer que acudía regularmente a su parroquia y suspiraba al sentarse.

Los sacerdotes encontraron curioso este suspiro y, un día, al encontrarse con la señora en la calle, le preguntaron por su vida. La mujer les reveló que había perdido a sus cinco hijos a causa del SIDA y que su marido la maltrataba. Por eso, cuando iba a la iglesia, era el único lugar donde podía desahogarse.

Ante la pregunta de Bretos sobre cómo Dios permite que los cinco hijos de Juana mueran y que su marido la maltrate, el arzobispo respondió con otra pregunta: «¿Y cómo Dios permitió que su hijo muriera en la cruz?».

Cobo afirmó que Dios no es un ser que soluciona problemas al estilo de Harry Potter, sino que está presente en momentos de dificultad. «Él se queda ahí y eso lo he visto muchas veces», ha señalado.

El tema de los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia también fue abordado en la entrevista. Ante las quejas del Defensor del Pueblo sobre algunas diócesis que no colaboran en las investigaciones, Cobo admitió no tener conocimiento sobre el tema, pero enfatizó que la transparencia es una prioridad para la Iglesia. Asimismo, afirmó que, en caso de encontrarse con un caso de abuso, su acción sería denunciar, aplicar el protocolo y escuchar a las víctimas.

Destacó la importancia de sentarse con la víctima, creer en ella y brindarle apoyo. Mencionó que el cardenal Osoro había iniciado un proyecto de acompañamiento a las víctimas, enfatizando la importancia de escuchar su dolor y trabajar en su proceso de sanación y curación.

Es alentador ver que la Iglesia busca modernizarse y adaptarse a los tiempos, así como seguir principios fundamentales de protección y respeto hacia los más vulnerables. Sin embargo, es importante recordar las declaraciones problemáticas que algunos líderes católicos han expresado a lo largo del tiempo. Aunque se han dado pasos en la dirección correcta, aún queda mucho camino por recorrer.

Es necesario que la Iglesia Católica continúe reflexionando sobre sus posturas y promueva una mayor inclusión y aceptación de la diversidad en su seno. Reconocer los derechos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual, y tomar medidas concretas para abordar los casos de abuso sexual son aspectos cruciales para reconstruir la confianza y la credibilidad de la institución.

El nombramiento del arzobispo José Cobo Cano como líder de la Iglesia madrileña trae consigo la esperanza de un enfoque más progresista y abierto. Ahora queda por ver cómo se desarrollará su gestión y si logrará llevar a cabo los cambios necesarios para responder a las demandas de una sociedad en constante evolución.