En el mes de junio se ha producido un nuevo repunte de la inflación hasta el 10,2%. Expertos, gobiernos e instituciones piden a empresas y trabajadores que se repartan los costes de la crisis, a pesar de que según un estudio de CCOO, el 83,4% de la subida de los precios en España durante el primer trimestre de este año se debe al aumento de los beneficios empresariales, mientras que los salarios sólo son responsables del 13,7%.
Los sindicatos destacan que los salarios no deben pagar la inflación porque no son los responsables del aumento de precios y reclaman medidas para contener los márgenes empresariales. En cambio, la patronal rechaza subir los sueldos tanto como lo haga la inflación, mientras pide que se incluyan en el pacto tanto las pensiones como el salario de los funcionarios y rechaza cualquier subida de impuestos que recorte sus beneficios.
El pasado 30 de junio, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, escribía un hilo en Twitter en el que ha reflexionaba sobre la inflación y cómo esta afectando a la sociedad española: “La inflación es hoy el principal problema de nuestro país. La gente está sufriendo la subida general de los precios, se están empobreciendo cada día. Los salarios no son los culpables, sino las víctimas de la inflación. Las nóminas no deben soportar la crisis”, señalaba.
“No se puede consentir que una minoría esté aprovechando la crisis para aumentar sus beneficios a cuenta de la mayoría. Tampoco es de recibo que el enorme esfuerzo público del gobierno para proteger a la gente acabe enriqueciendo a unos pocos”, añadía.
“Tenemos que recortar los márgenes de beneficios por el bien común”
Yolanda Díaz señalaba directamente a la patronal y las grandes empresas y les pedía que asumiesen su responsabilidad: “Es el momento de redistribuir las cargas, que los que más tienen arrimen el hombro por su país. Tenemos que recortar los márgenes de beneficios por el bien común”.
“Las familias no pueden soportar más esta situación, tenemos que proteger a la gente para que puedan sacar su vida adelante. Hay margen para que los salarios suban. La democracia se defiende con más derechos”, finalizaba el hilo.
Finalmente, el Gobierno, ha anunciado un nuevo impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las compañías energéticas, pero descarta cambios en el Impuesto sobre Sociedades.
Tal y como recoge infoLibre, CCOO propone otro tipo de medida “más efectiva, incisiva e inmediata” para frenar la expansión inflacionista de los márgenes empresariales: la fijación de precios máximos sobre bienes y servicios, una medida que ya se ha tomado anteriormente en la energía, el transporte y la telefonía y que se aplica ahora a los precios de medicamentos, productos sanitarios, el gas, el butano, la vivienda de protección oficial o los precios de los alquileres.
CCOO destaca que la fuerte inflación de los márgenes empresariales es más intenso en España que en el resto de Europa, sobre todo, si se tiene en cuenta el aumento por unidad producida. El beneficio por unidad producida siempre ha sido mayor en España que en el resto del continente por culpa del “desequilibrio en el poder de negociación individual y colectivo en favor de las empresas” desde mediados de los años 80 y se ha agudizado tras las reformas laborales de 2010 y 2012, explica el sindicato.
Desde 2016 hasta 2021, el crecimiento del margen ha permitido a las empresas acumular 211.000 millones de euros en reservas “aparcadas en la economía financiera” y restadas de la economía real. A pesar de hundirse con el confinamiento y las restricciones a la actividad impuestas por la pandemia, los márgenes en España ya están por encima de 2019 y por encima de los márgenes europeos, asegura CCOO.
Compañías energéticas y bancos
Las compañías energéticas y los bancos son los que más han aumentado sus márgenes por unidad producida. Las energéticas están aprovechando la subida de los precios de la luz, el gas y el petróleo para hacer caja, mientras los bancos han optado por cerrar sucursales, recortar plantillas y subir comisiones.
CCOO también destaca la subida de precios que está aplicando la hostelería. El aumento de los precios en la restauración el pasado mes de mayo fue el mayor desde agosto de 2001.
El sindicato considera que aumentar los impuestos sólo a las energéticas es insuficiente y reclama al Gobierno que establezca precios máximos sobre bienes y servicios básicos. El sindicato menciona los precios impuestos a los sectores de la telefonía, la energía o el transporte, los precios mínimos garantizados de la agricultura, los precios máximos de los medicamentos, las renovables o el tope a las subidas que el Gobierno ha aplicado a los alquileres o el gas.
El precio máximo debería revisarse cada cuatro meses. Se compondría de un precio de referencia para los costes variables y un margen de beneficio fijo por unidad producida o servicio prestado. El precio de referencia se modificaría en cada revisión y el margen debería ser razonable. La medida debería incluir además sanciones para las empresas incumplidoras e incluso una “advertencia de riesgo de expropiación” si se produce desabastecimiento.
El hecho de pretender mantener y aumentar los márgenes de beneficios de todas esas grandes empresas es un simple espejismo que está condenado al fracaso. Eso ya lo comprobó Alemania en la anterior crisis; que se estaba quedando sin los compradores de sus coches en Europa. Ese complejo de rey Midas que tienen ciertos empresarios de traducir todo a dinero es la principal causa del fracaso de la sociedad. No debes exprimir al consumidor porque acabas con él; y es él quien siempre ha consumido tus productos. Cualquier pensamiento económico inteligente debe pasar por vernos a nosotros mismos (TODOS) como a una gran familia, donde nadie es prescindible. El problema que tenemos ahora en el mundo(sobre todo en USA) es que estamos educando a los niños como a máquinas de ganar dinero, pero en filosofía y valores morales: CERO.