Los Sistemas Públicos de Pensiones de reparto, como es el caso de España, tienen como principal objetivo asegurar la suficiencia económica de las personas mayores en su etapa de jubilación. Personas que, antes de llegar a la misma, contribuyeron a su vez con sus cotizaciones al sostenimiento de los jubilados de generaciones anteriores.
Uno de los indicadores que se utiliza para ver la suficiencia de la pensión es la tasa de reemplazo (también llamada tasa de sustitución) de las pensiones. Puede decirse que ésta no es más que el porcentaje que supone la pensión media pública por jubilación respecto al salario medio de un país en un momento determinado. A nivel individual, la tasa neta de sustitución podría concretarse en la relación entre la pensión inicial y el último salario neto cobrado por un empleado.
Llevo algún tiempo escuchando, viendo y leyendo, que en España las pensiones son muy “generosas” debido a que su tasa de reemplazo es una de las más altas de Europa, apreciación que está basada en un informe de la OCDE (Pensions at a Glance 2017) en el que se indica que la tasa de reemplazo neta (no tiene en cuenta los efectos de las cotizaciones a la Seguridad sociales, ni de los impuestos, en los salarios) se sitúa en un 81,8% (la tasa bruta es del 72,3%), mientras que la media de la OCDE es del 62,9% y la de la UE-28 del 70,6%, lo que se interpreta como que un jubilado percibe casi el 82% de su salario anterior.
Ante tal sorpresa, de que estemos en España “a la cabeza” de Europa, he buscado información para poder valorar este tema, vean:
OCDE
El cálculo de la tasa de reemplazo en este informe de la OCDE, para España, parte del supuesto caso de un joven soltero de 20 años que comenzaba su vida laboral en 2016 y cubría completo el periodo de cotización para jubilarse a los 65 años, trabajando a tiempo completo y con el 100% de los ingresos medios. Seguro que ya habrán caído en que un caso así es difícil de ver en España, no es que no los pueda haber, sino que no representarían la mayoría de las situaciones, por ejemplo:
- Entre los 20 y 24 años sólo trabajan 3 de cada 10 jóvenes, siendo el segundo país con mayor cifra de paro juvenil de la Unión Europea.
- A esto hay que añadir que cada vez es más difícil mantener una larga y continua carrera de trabajo (y de cotización), y menos con un salario equivalente al salario medio del país.
- También es muy posible perder el empleo con 50 o más años, aunque puedan existir reincorporaciones intermitentes o transitorias, o encontrarnos en situaciones de paro de muy larga duración, con lo que salario y cotizaciones entran en un periodo en el que generan la reducción de la jubilación futura.
- Además, a esta reducción hay que añadir el hecho de que muchas personas se han visto forzadas, por su situación laboral y económica, a jubilarse anticipadamente con la correspondiente reducción de su pensión mediante la aplicación de coeficientes reductores (en 2017 un 29,34% del total de jubilaciones), lo que lleva a unas pensiones todavía inferiores, cuya tasa de reemplazo bajaría sensiblemente.
Con lo anterior quiero significar que se trata de unos cálculos que, a mi parecer, aunque permiten visualizar y comparar una gran variedad de indicadores a nivel internacional, quizás no han tenido suficientemente en cuenta los factores diferenciales de la situación real en cada uno de los países.
Por otro lado, y dado que cualquier porcentaje en sí mismo no ofrece demasiada información, ya que únicamente se trata de una proporción, he creído que es mejor aplicarlo a las magnitudes económicas a las que hace referencia para tener una idea clara de su efecto. De esta forma, con los datos sobre salarios medios brutos (Eurostat) y las tasas de reemplazo brutas del citado informe de la OCDE, he realizado el ejercicio de aplicar las tasas a los salarios, por cada país, para ver realmente de qué importe medio de pensión estamos hablando en cada caso.
Veamos primero cuáles son los salarios medios brutos por países, y cómo estaba situada España con respecto a la media:

Como ven, España está en un lugar intermedio, por debajo y a bastante distancia de los 2.000€ de la media europea (28 países UE). La brecha entre España y la UE aumentó un 2,6% en el año anterior.
Y ahora, calculando cuáles serían las pensiones (teóricas) aplicando las tasas brutas de reemplazo calculadas por la OCDE, obtenemos:

España sigue estando en una situación intermedia, equilibrada, prácticamente en la media. Aunque es un cálculo teórico obtenido de aplicar las tasas obtenidas con datos de 2016 (OCDE) a los salarios de 2017 (Eurostat), queda claro que no estamos arriba, tampoco abajo, y parece que nuestras pensiones no son tan generosas.
UNIÓN EUROPEA
Por otro lado, en un documento elaborado por la Comisión europea, titulado “The adequacy pensions report 2018”, se utiliza como ratio la Tasa agregada de reemplazo (ARR) que compara la cuantía de la pensión de la población entre 65-74 con los ingresos brutos de las personas entre 50 y 59 años. En este caso, con datos de 2016, España (empatado con Rumanía) era el quinto país con mejor porcentaje de la Unión Europea con un 66% frente el 58% de la media de países de la UE, cuando en 2008 tenía un porcentaje del 42% (puesto 21), bastante por debajo del 49% de la UE.

En base a estas tasas, veamos otro cuadro donde se aprecian mejor las variaciones producidas en cada país:

La pregunta es: esta gran diferencia de 24 puntos ¿se debe a un gran aumento en pensiones o a una gran disminución en los salarios?
Según datos del INE, entre 2008 y 2016 los salarios brutos medios en España se incrementaron a razón de un 0,73% anual de media, mientras que según la Seguridad social las pensiones de jubilación lo hicieron un 3,49% de media cada año.
Varias fuentes indican que, mientras que las pensiones mantuvieron una evolución similar a años anteriores en cuanto a las bases y periodos cotizados, los salarios sufrieron una fuerte retención con la crisis, y que la mezcla de ambas tendencias explicaría que se disparara la tasa de reemplazo de España, pasando de estar 7 puntos por debajo de la UE en 2008 a estarlo 8 por encima en 2016. El propio informe de la UE indica que, en general, la mejora en la tasa de reemplazo ha podido ser debida a la reducción de los ingresos en edad laboral.
A nivel comparado la información también confirmaría esta evolución. Si en 2008, cuando estalló la burbuja de crédito, el salario medio por hora trabajada se situaba en España un 32,2% por debajo de la Eurozona, en 2015 esa diferencia creció hasta llegar al 39%, según datos de Eurostat, que además muestran que el ajuste salarial tuvo mayor intensidad a partir de 2012. Además, en 2008 el salario medio por hora trabajada llegó a ser el 75,7% de la media de la zona euro, mientras que en 2015 se redujo hasta el 71,8%, reducción que también se produjo con respecto a la Unión Europea. De forma gráfica:

Resumiendo:
Nuestras pensiones no son tan “generosas” como se dice. El gran aumento de la tasa de reemplazo en España ha sido consecuencia del adelgazamiento de los salarios durante la crisis, y no de una gran subida en las pensiones.
Gracias por la publicación, entre todos debemos hacer lo posible por aclarar las cosas para defender los derechos sociales.
¡Saludos!
Buen trabajo. Comparando bases de cotización – productividad da el mismo resultado. Bajan los salarios, ingresos por cotizaciones y ademas hay 19 puntos de productividad que no han sido aplicados a los salarios. En definitiva las pensiones ni los salarios son tan generosos.