La Plataforma en Defensa de la Cordillera Cantábrica lanza una campaña para alertar sobre la amenaza de los nuevos aprovechamientos energéticos en el macizo, una serie de parques eólicos de gran envergadura “que comprometen el futuro de esta zona natural y de sus habitantes”.

Con la denominación de “Aquí No”, la campaña es una iniciativa dirigida a sensibilizar sobre la necesidad de evitar que enclaves de alto valor ambiental y paisajístico como la Cordillera Cantábrica sufran un aluvión de proyectos eólicos que suponen en la práctica, además, una ocupación privativa del suelo.
A día de hoy, más de 70 entidades de todo el país, entre las que figuran Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción o SEO/Birdlife ya han secundado el manifiesto, así como destacadas personalidades de diferentes ámbitos académicos, culturales, empresariales y sociales, que también se han sumado a la realización de un vídeo colectivo donde inciden en la necesidad de poner freno al expolio de este destacado macizo de la península ibérica. Las adhesiones a la propuesta pueden enviarse a [email protected].
Según refleja la plataforma en el manifiesto de la campaña, la denominada transición energética no debe suponer en ningún caso “la inmolación de los escasos espacios aún poco humanizados” como en el caso de la Cordillera Cantábrica, pues los cordales montañosos “se han mantenido alejados de la codicia humana y ello ha propiciado que se hayan transformado en el horizonte deseado para muchas personas”, un paisaje natural “que permite el solaz y el disfrute del ánimo”.
Además -recuerda el colectivo- estos privilegiados espacios de montaña “representan el refugio de aquella fauna y aquella flora menos adaptadas a nuestra presencia”, cuya “transformación y ocupación” representaría “un paso definitivo en el acorralamiento de una buena parte de la biodiversidad más amenazada”.
CUANDO LA ENERGÍA EÓLICA PIERDE EL NORTE
Para la Plataforma en Defensa de la Cordillera Cantábrica, el actual horizonte industrial de la energía eólica “ha perdido la dimensión humana e incluso la dimensión del paisaje”, con la implantación de proyectos de gran envergadura en cuanto a número y altura de los aerogeneradores, que además acarrean la instalación de infraestructuras asociadas de elevado impacto ambiental.
Recuerda el colectivo que desde el ámbito de la política energética estos proyectos se plantean como compensación al abandono de la minería de carbón, en la que “medio siglo de extracción, rematado con inmensos cielos abiertos, escombreras y comarcas vacías de empleo y población” pretenden compensarse con “la demolición definitiva del paisaje” que es “el único y más valioso recurso para los pobladores de áreas de montaña”.
Estos megaproyectos eólicos, además, “están destinados a abastecer la creciente e imparable demanda de las grandes aglomeraciones urbanas e industriales” y suponen una problemática paralela pues los paisajes invadidos por los aerogeneradores han de ser atravesados por innumerables líneas eléctricas para evacuar la energía producida, lo que los convierte en inasumibles a nivel de protección del paisaje.
POR UNA TRANSICIÓN ENERGÉTICA ECOLÓGICA Y JUSTA
Para la plataforma, una transición energética que pretenda llamarse tal ha de ser, ante todo, “ecológica y justa”, y “debe ahondar mucho más en el ahorro, en la eficiencia y en las pequeñas y medianas instalaciones de autoabastecimiento”, dado que el actual planteamiento de los grandes parques eólicos úncamente se traduce en “grandilocuentes resultados económicos para los grandes complejos empresariales”, lo que desincentiva y anula las pequeñas iniciativas locales para el autoabastecimiento y la autogestión.
Según expresa con esta campaña el grupo no pretende en ningún caso discutir la necesidad de abordar una transición en el modelo energético, ni cuestionar la energía eólica en su totalidad, sino sensibilizar sobre la importancia de la preservación de los usos y valores que atesoran áreas de montaña de elevado valor paisajístico, ecológico y patrimonial como la Cordillera Cantábrica, considerando que este macizo montañoso, debido a su importancia, debe quedar excluído de la implantación de los más de 20.000 MW de potencia eólica planificados hasta 2030.
La pltaforma considera como algo imprescindible el “que la planificación y la ordenación territorial debe guiar la implantación de las energías renovables bajo criterios de minimización del impacto ambiental, de eficacia y de sostenibilidad” más allá de los intereses empresariales de las grandes corporaciones, “ahora dedicadas al filón energético”. Una planificación, en definitiva, que refuerce el peso de la conservación del paisaje y del patrimonio natural y cultural tal como se apunta desde el ámbito científico “que insta a conservar y recuperar las áreas naturales menos explotadas como garantía de futuro para toda la humanidad”.