El gato montés (Felis silvestris) esta desapareciendo de forma silenciosa en toda Europa y en nuestro país sobre todo en el sur. La mortalidad del gato montés está causada principalmente por factores humanos, representando los atropellos y la caza furtiva el 57% y el 22% de la mortalidad anual, respectivamente.
A esto se suma la expansión del desarrollo urbano humano que se están invadiendo continuamente los hábitats de la especie, la expansión de la agricultura y la utilización de pesticidas y venenos. Este animal es perseguido por el ser humano para que no dañe los cultivos y con el uso de pesticidas y venenos no solo se causa su mortalidad directa sino que también se provoca una disminución de las principales fuentes de alimento de la especie: conejos, ratones, topos y otros pequeños mamíferos.
Un estudio realizado en el parque nacional de Cabañeros, en Castilla-La Mancha, ha revelado que la densidad del gato montés se sitúa en esa área protegida entre las más bajas de Europa, muy por debajo de las consideradas óptimas para esta especie.

Los autores del trabajo sugieren que la baja densidad estimada para esta población de gato montés podría representar una situación común entre las poblaciones de la especie en el sur de la Península Ibérica y, ante esta posibilidad, plantean la necesidad de más estudios y la aplicación urgente de medidas de conservación de esta especie en la parte más suroriental de Europa.
Cabañeros
Se estima que en Cabañeros solo queden 15 gatos monteses, una cifra se encuentra entre los valores más bajos descritos hasta la fecha para la especie en toda Europa, a pesar de tratarse de un área altamente protegida.
Para el recuento de los gatos monteses en el parque nacional y obtener datos fiables, los investigadores utilizaron un modelo que incluyó capturas en vivo con identificación individual, capturas de cámara sin identificación individual y seguimientos por radio.
Sin embargo, la investigación se ha enfrentado a diferentes obstáculos como la dificultad para distinguir individuos de gatos monteses de otros felinos y la ausencia de censos específicos.
Según el Ministerio para la Transición Ecológica, las densidades registradas en zonas consideradas óptimas para esta especie oscilan alrededor de los 0,38 individuos por kilómetro cuadrado, aunque en Europa es más común una densidad de 0,2 ejemplares por kilómetro cuadrado, sin embargo, en Cabañeros se sitúan diez veces por debajo de la densidad óptima.
Los expertos, tras observar los datos recabados y concluir que las poblaciones de gato montés ibérico están experimentando reducciones demográficas y un aislamiento creciente, han señalado que fomentaría la recuperación de la población la mejora de la abundancia de presas como conejos y pequeños mamíferos.
Doñana y Serra da Malcata
En 2014, un estudio informó de una sorprendente poca abundancia de gatos monteses en el parque nacional de Doñana, a pesar de la protección legal de este espacio durante más de cinco décadas y, en 2009, se constató la drástica reducción de gatos monteses en la reserva natural de la Serra da Malcata, en Portugal y su sustitución por gatos domésticos en libertad.
La especie está “estrictamente protegida” por la legislación europea. El gato montés figura en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En España, también está en peligro de extinción.
Tres subespecies de gato montés
En la Península Ibérica existen tres subespecies de gato montés: la Felis silvestris tartessia, que habita al sur de los ríos Ebro y Duero; la Felis silvestris silvestris, que se puede encontrar en el norte peninsular y la Felis lybica jordansi, habitual en la isla de Mallorca.