El mensaje del Principado es claro: las reglas del juego han cambiado. Las y los creadores digitales deben adaptarse o buscar un nuevo refugio.
En los últimos años, hemos sido testigos de una tendencia curiosa. Numerosos youtubers y creadores/as de contenido decidieron empacar sus vidas y partir hacia los serenos valles de Andorra. Su objetivo: beneficiarse de un sistema fiscal mucho menos riguroso. Durante un tiempo, parecía que el Principado acogía con los brazos abiertos a estas estrellas digitales, incentivando su llegada. Sin embargo, el panorama ha cambiado y no precisamente a favor de estos nuevos residentes.
Las autoridades andorranas, tras observar la ola de influencia digital, optaron por reforzar las políticas de inmigración e inversión. La primera señal de alarma fue cuando “el gobierno andorrano puso en marcha una nueva normativa que imponía el uso del catalán, idioma oficial del Principado, como requisito imprescindible para obtener o renovar la residencia en el país.” Esta medida, que pone en primer plano la identidad y cultura del país, fue solo el comienzo.
¿INVERSIÓN O ESPECULACIÓN?
Luego, el enfoque se desplazó hacia la economía. Con un número creciente de influenciadores/as y otras figuras adineradas buscando un pedazo del paraíso andorrano, no es de extrañar que el Principado decidiera intensificar el control sobre las inversiones extranjeras. La Sra. Conxita Marsol, ministra de Presidencia, Economía, Trabajo y Vivienda, declaró con firmeza su intención de suspender, aunque de manera temporal, la autorización de inversiones extranjeras en propiedades y modificar las regulaciones actuales.
Desde 2020, Andorra se convirtió en el destino de ensueño para inversores/as internacionales. Los atractivos requisitos, como un depósito de 47.500 euros o una inversión inmobiliaria de más de 400.000 euros, eran una ganga para aquellos/as que podían permitírselo. Sin embargo, este “boom” trajo consigo problemas. Con un espacio limitado para construir y una demanda creciente de viviendas, los precios se dispararon, y la especulación inmobiliaria tomó el control del mercado.
Las medidas de Marsol, aunque temporales, buscan resolver una preocupación más profunda: “una medida puntual que contribuirá a afrontar la problemática que tiene el país en escasez de vivienda de alquiler a precio asequible, como paso previo necesario durante este otoño para el establecimiento de un tributo sobre la inversión extranjera en inmuebles.”
La consecuencia para las y los inversionistas es clara: todas las inversiones deberán someterse al escrutinio del gobierno, que evaluará su impacto en aspectos como la seguridad nacional, la soberanía y el medio ambiente.
¿Y LOS YOUTUBERS?
No podemos olvidar a las y los youtubers, quienes, atraídos por las promesas de riqueza y comodidad, encontraron en Andorra un refugio fiscal. Algunos/as, sin embargo, han llevado las cosas al extremo, comprando propiedades para dedicarlas a alquiler turístico en busca de mayores beneficios. A pesar de que estas acciones puedan parecer inocuas para algunos/as, tienen un impacto real en la economía y la cultura de Andorra. La respuesta del gobierno andorrano, por tanto, no es sorprendente, sino necesaria.
Para aquellos/as que vieron en Andorra un paraíso fiscal sin restricciones, es hora de reflexionar. El mensaje del Principado es claro: las reglas del juego han cambiado. Las y los creadores digitales deben adaptarse o buscar un nuevo refugio. Y, quizás, para Andorra, esta sea una oportunidad para reafirmar su identidad, proteger su economía y asegurar un futuro más sostenible y equilibrado.
Fuentes:
https://www.lavanguardia.com/economia/20220719/8414892/nueva-ley-inversion-extranjera-andorra-echa-andar-brl.html
https://www.europapress.es/catalunya/andorra-01111/noticia-solicitudes-inversion-extranjera-andorra-aumentan-275-2021-823-millones-20220519150448.html