Desde que comenzaron los incendios en Australia en septiembre se han calcinado más de 10 millones de hectáreas y han matado a más de 1.000 millones de animales.
Después de un fin de semana complicado, han mejorado las condiciones climáticas y los bomberos aprovechan el descenso de las temperaturas en el sureste para tratar de controlar los más de cien incendios que queman en la zona.
Además el gobierno de Nueva Gales del Sur aprobó el lanzamiento a través de helicópteros de verduras, sobre todo zanahorias y boniatos, para dar alimentos a los animales salvajes que sobreviven a los incendios forestales que afectan al país.
El proyecto surgió en el servicio de Parques Nacionales y Vidas silvestres que lleva el nombre de Operación Wallaby Rock. El walabí de las rocas es una de las especies que más está sufriendo la destrucción de sus hábitats a causa del fuego.Estos marsupiales de la familia de los canguros se están viendo obligados a abandonar sus espacios habituales de alimentación, por lo que necesitan ayuda externa para obtener alimento.
Esta operación busca que los animales de las zonas rocosas y que se han visto afectadas por el fuego encuentren la forma de alimentarse y sobrevivir y con ello evitar que sigan muriendo.
Las autoridades australianas aseguraron que los esfuerzos seguirán para lograr rescatar la mayor cantidad de flora y fauna posible, pese a que los expertos en vida animal temen por la sobrevivencia de especies nativas como el ratón marsupial de la Isla Canguro y la cacatúa negra lustrosa.
En las zonas más rurales, los ciudadanos también se han organizado para crear pequeñas estaciones con comida y agua para los animales.