Riesgo de asalto, intento de “sustraer” a un detenido, “rabia descontrolada”, amenazas de muerte o “lluvia de golpes” en los coches de la Guardia Civil. Así ha descrito un agente el “ambiente muy agresivo” que se vivió el 20 de septiembre de 2017 durante el registro al Departamento de Exteriores.
Aquel día y mientras se producía la famosa concentración y cerco a la Guardia Civil en la Conselleria de Economía, en Exteriores también se vivieron momentos de tensión que hoy el agente ha detallado en el juicio del “procés” y que, según él, el entonces detenido Xavier Puig Farré, exresponsable de Tecnología, describió como “un capítulo de terror total”.
Al finalizar el registro, en torno a las 12 de la mañana, ante el “temor” de que las “200 o 300” personas congregadas frente al edificio “pudieran asaltar” el departamento, algo que podría haber provocado “efectos devastadores”, el agente decidió evacuar a la secretaria judicial.
Tras la negativa del responsable de Mossos a colaborar -les dijo “que no podía hacer gran cosa” y que no podía solicitar refuerzos a los antidisturbios-, el agente ha indicado que prepararon “una salida” para la secretaria con el grupo de seguridad de la Guardia Civil.
Hicieron “dos anillos” alrededor de la letrada de la Administración de Justicia, momento en el que “empezaron a llover botellas de agua” y cuando ya “los insultos y amenazas de muerte” se convirtieron en “algo suave”.
Cuando pudo entrar en el vehículo -ha continuado-, los congregados “comenzaron a zarandearlo” y golpearlo, y la secretaria comenzó a llorar, “horrorizada” y con “las manos en la cabeza”, hasta tal punto que llegó al siguiente registro “en un estado de nervios, temblando”.
Pero esta no fue, a juicio del agente, la situación “más grave”. Hubo otra más preocupante que desencadenó algo “inaudito”, porque, si antes la situación era peligrosa, “ahora aún más”.
“A raíz de la evacuación de la secretaria, yo ya realmente pensé que iban a entrar dentro del departamento”, ha dicho el agente, que ha precisado que rápidamente se creó una segunda cápsula para sacar al detenido; y de camino al vehículo, “volvió a pasar lo mismo”:
“Nos tiraron agua, botellas y ocurrió un hecho gravísimo: la multitud se agolpó de tal manera que quisieron sustraer al detenido de la cápsula”, ha revelado, algo que no ha visto jamás.
Ha indicado que se “produjeron forcejeos”, así como “una lluvia de golpes en el vehículo, en las puertas y en el techo”. También “había personas tumbadas en el capó y agarradas al limpiaparabrisas”, profiriendo tales golpes al coche “que incluso rompieron los cristales” y generaron “un riesgo grave en la integridad de detenido”.
Según el agente, “el detenido no daba crédito a lo que estaba viviendo”, dijo que era “un capítulo de terror total” y lo “único que decía era, ‘Sáquenme de aquí, por favor'”.
El agente también ha relatado que, cuando él sacaba al detenido, vio cómo Carme Forcadell sacaba la mano de un coche “para agitar a la masa”.
Ha asegurado que las caras de las personas que se amontonaban “denotaban violencia, eran caras de mucha rabia”.
“Todas estas personas, estoy convencido de que el 90 %, no conocían al señor Farré de nada, porque no es una persona pública que pueda salir en los medios de comunicación. Lo que estaban viviendo era una rabia descontrolada”, ha zanjado.