La sobresaturación de parques eólicos en funcionamiento, a los que hay que sumar los más de 20 que se encuentran en distintas fases de tramitación y que añadirían casi 200 aerogeneradores de grandes dimensiones al conjunto, no es armonizable con la “Declaración sobre la Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas”, también conocida como “Declaración de la Palma”, que reconoce la necesidad de proteger los cielos como un bien para el ser humano y la sociedad.

La contaminación lumínica es un problema reconocido a nivel internacional, y la iluminación permanente de los aerogeneradores altera en la práctica el disfrute del cielo nocturno. Además, con la demanda del uso de aerogeneradores de nueva generación tanto en nuevas instalaciones como en repotenciaciones de proyectos, con máquinas mucho más grandes, el impacto visual pasa a ser un factor de primer orden a la hora de considerar cualquier tipo de interferencia en el cielo nocturno.
Por otra parte, en la Costa da Morte los parques eólicos se han instalado -o proyectan instalarse- en una mayoría de casos en atalayas orográficas que dominan el paisaje nocturno y destacan por su alta visibilidad, lo que aumenta el problema a nivel de observación astronómica y astrofotografía.
No hay que olvidar en cualquier caso que la iluminación de los aerogeneradores presenta otros factores adversos como así han llegado a reconocer los especialistas al afirmar que tiene un impacto significativo sobre el medio nocturno pudiendo generar molestias a las personas por intrusión lumínica y deslumbramiento e impacto sobre el entorno, confiriendo al paisaje una imagen de desasosiego. Además, tal y como se ha señalado desde organizaciones de referencia como SEO/Birdlife, se alteran los ciclos naturales de muchos seres vivos durante el período nocturno y las pautas de comportamiento al modificar sus ritmos circadianos, llegando a desorientar a las aves y ciertos anfibios en sus procesos de migración.
Salvemos Cabana, como asociación de defensa ambiental, apoya la declaración de la Costa da Morte como zona “Starlight” en condiciones ideales pero considera que en ningún caso el interés comercial y/o político de nadie puede estar por encima del medioambiental y el humano. Con los datos vigentes, la realidad es que el actual desarrollo eólico, sumado a la deficiente iluminación municipal que presentan una gran mayoría de localidades -incluida Cabana de Bergantiños- hace que no se den a día de hoy las condiciones reales necesarias para una certificación celeste de estas características. Porque la Costa da Morte, como Galicia, necesita con urgencia un saneamiento de luces nocturnas previo a cualquier otro tipo de consideración, no más parques eólicos.