El cardenal arzobispo, Antonio Cañizares, ha sido acusado de incumplir el estado de alarma abriendo la basílica de la ciudad. Así lo ha defendido el concejal que gestiona la Policía Local de la ciudad, Aarón Cano, que, tal y lo ha calificado como una irresponsabilidad.

La fiesta de la Virgen de los Desamparados no podía celebrarse debido al estado de alarma por la COVID-19. Por tanto, las escenas de aglomeraciones habituales durante el traslado de la Mare-de-déu quedaban descartadas. Sin embargo, como muestra el vídeo, las puertas de la basílica se han abierto para que la celebración religiosa en honor de la patrona de Valencia saliera al exterior, lo que ha causado una aglomeración de personas entre llamadas insistentes de la Policía Local a mantener las distancias.

Según apunta el periódico Levante, la Policía Local de Valencia trabaja en un informe que se enviará a la Delegación del Gobierno para que valore lo ocurrido, ya que se trata de acción muy grave que se ha hecho con premeditación y alevosía.

El arzobispado de Valencia, por su parte, ha asegurado que «No ha habido aglomeración porque había dos patrullas policiales y no han actuado para disolver a ningún grupo». Sobre el estado de alarma, ha añadido que: «Esta archidiócesis la ha aplicado más a rajatabla que nadie».



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