La terminación del asilo al fundador de Wikileaks Julian Assange es interpretada por el correísmo como un nuevo acto de “traición” del presidente Lenín Moreno a los principios de la Revolución Ciudadana, pese a que la decisión parece contar con amplio respaldo de la opinión pública en Ecuador.

La líder política Paola Pabón, alta dirigente del movimiento Revolución Ciudadana, que lidera el expresidente Rafael Correa (2007-2017) y del que llegó a formar parte el presidente Lenín Moreno hasta hace menos de dos años, consideró hoy que en el caso de Assange hay muchas inconsistencias para reflexionar, aunque es un hecho consumado.

En este caso, dijo a Efe, se ha vulnerado el principio de territorialidad al permitir que la policía británica ingresara en la sede de la legación diplomática, lo que supondría haber dejado “desguarnecido el territorio ecuatoriano”.

Ello pese a que el Gobierno ha explicado que la detención se produjo fuera de la Embajada, a la que solo ingresaron -aseguró el canciller José Valencia- agentes de la Policía Diplomática dado que el australiano se negó a salir de la legación cuando le notificaron el fin del asilo.

Correa también ha vuelto a reaccionar aireado desde Bélgica, donde reside, para criticar que Moreno haya permitido el arresto de quien fuera su protegido.

“Nuevamente pedimos disculpas al mundo. Pronto esta pesadilla terminará. Es un Gobierno (de Moreno) que se hunde en su corrupción e ineptitud”, escribió en Twitter, donde también comentó sobre la detención en Ecuador de un joven sueco acusado de trabajar para WikiLeaks.

“Dentro de la locura de un Gobierno que se derrumba, ya no solo tenemos presos políticos ecuatorianos, sino también extranjeros: Ola Bini, ciudadano sueco arrestado el día de ayer, acusado de ser ‘colaborador de Assange'”, añadió Correa y se preguntó: “¿Finalmente dirá algo el mundo ante tanto abuso y represión?”.

Assange estaba refugiado en la embajada de Ecuador en la capital británica desde junio de 2012 para evitar su extradición a Suecia, que por entonces solicitaba su entrega por presuntos delitos sexuales.

Al notificar el jueves su decisión de suspender el asilo después de casi siete años, lo que condujo al arresto de Assange por parte de Reino Unido, Ecuador argumentó que respondía a “su reiterada violación” de las normas establecidas “en convenciones interamericanas” e “incumplimientos del Protocolo Especial de Convivencia de la Embajada”.

Un documento este último que Ecuador le había entregado en agosto pasado tras varios pronunciamientos políticos de temas internos de terceros países, entre ellos la crisis en Cataluña en 2017.

Se ha “quitado el asilo a este malcriado” y “ventajosamente nos hemos librado de una piedra en el zapato”, apostilló Moreno al explicar su decisión.

La resolución generó el jueves una pequeña concentración de protesta de seguidores de Correa frente a la Cancillería ecuatoriana, y para el próximo martes hay convocada una movilización nacional en Quito.

La convocatoria la hizo Ricardo Patiño, canciller ecuatoriano cuando se le concedió el asilo Assange, con el fin de denunciar lo que calificó de “atropello” al australiano y manifestar la “indignación nacional” ante el Gobierno.

En las filas correístas tampoco ha gustado la “indefensión total” en la que se ha dejado “a un ciudadano ecuatoriano” como Assange, cuya naturalización fue otorgada por el propio Gobierno de Moreno.

La terminación del asilo arrastró una revisión de la nacionalidad que le fue concedida al activista en diciembre de 2017, cuando la anterior ministra de Exteriores, María Fernanda Espinosa, trataba de sacarlo de Londres bajo estatus diplomático, en su afán por rescatarlo del asilo.

El jueves, el canciller ecuatoriano apeló a “irregularidades” en el proceso para dejar “suspendidos” los efectos de esa nacionalización.

Sin embargo, Pabón, abogada y prefecta electa de la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, aseguró a Efe que “Assange sigue siendo ciudadano ecuatoriano” y que “ningún decreto puede retirar la naturalización” pues para que eso ocurra debía haber una acción previa emitida por el Tribunal Contencioso Administrativo de la justicia ecuatoriana.

Pese a las críticas correístas, entre los medios públicos oficialistas y, también entre los privados, la decisión ha sido acogida con notorio beneplácito.

El editorial del diario Expreso señala que se trataba de una decisión “largamente esperada” y destaca sobre los casi dos años que le ha llevado al Gobierno tomarla que “pareciera que Moreno tarda pero no olvida”.

Para el diario La Hora, que recuerda en su editorial los más de seis millones de dólares que el asilo ha costado al erario público, la decisión “se veía venir” porque el caso “tensó las relaciones con países con los que históricamente Ecuador mantiene relaciones muy favorables”.

La pregunta para La Hora es si el caso ha concluido para Ecuador o traerá aun coletazos en el futuro.

Assange se encuentra ahora en una prisión británica, a la espera de que comience el proceso para extraditarlo a Estados Unidos, donde teme ser condenado a décadas de prisión acusado de “conspiración para infiltrarse en ordenadores” gubernamentales a fin de obtener información clasificada.

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