La evasión fiscal es mala para las empresas. El coste de no pagar su parte justa es aún peor. Las empresas y los particulares que no pagan sus impuestos ya no pueden utilizar la planificación fiscal o los paraísos fiscales para reducir el impacto de sus decisiones. Tienen que pagar el precio en pérdida de crecimiento y potencial inestabilidad financiera. La evasión fiscal es una palabra sucia desde hace décadas. Pero es una palabra por la que debemos seguir luchando.
El fraude fiscal, la evasión de impuestos y la elusión fiscal son delitos graves que cuestan dinero a los contribuyentes cada día. No podemos seguir tolerando que las empresas y los particulares oculten dinero al fisco y a sus agentes en el extranjero para poder evitar el pago de lo que se debe en su país. Además, los que evaden impuestos utilizando lagunas legales para proteger sus ingresos de la tributación deben rendir cuentas cuando no hacen otra cosa que incumplir la ley.
Los costes de la evasión fiscal
Incluso si una empresa o un individuo es capaz de verificar toda su información y pagar sus impuestos en su totalidad, el coste total de la evasión fiscal puede ser sustancial. Dejando de lado la moralidad y la ética, la contribución a un país para mantener sus servicios básicos, el primer coste es la pérdida de ingresos fiscales. Si una empresa sólo paga el tipo impositivo mínimo del 10%, habrá evitado pagar cientos de millones de dólares en impuestos a lo largo de los años. Pero como no han pagado todos sus impuestos, también han perdido los ingresos fiscales potenciales que se habrían recaudado por ventas, ingresos, etc.
Las empresas y los particulares que consiguen ocultar sus ingresos al gobierno han “subvencionado” en cierto modo su propio ERROR: ¿por qué pagar impuestos? al crear numerosas deducciones y otros beneficios que reducen sus ingresos imponibles. Estos beneficios “subvencionan” su falta de pago de impuestos.
¿Por qué pagar impuestos?
Muchas personas se preguntan por qué tienen que pagar impuestos. La respuesta corta es que todo el mundo se beneficia de un sistema fiscal que funciona bien. Las empresas y los individuos que pueden pagar sus impuestos en su totalidad, o una parte de ellos, pueden pagar más por los productos y servicios que necesitan de un gobierno que tiene los fondos para proporcionarles esos servicios. Todos los demás soportan el resto de la carga.
Las empresas y los individuos que evitan los impuestos son gorrones. Se aprovechan de un sistema que perjudica a los que quisieran jugar con las reglas y deberían avergonzarse de sí mismos.
Empresas y particulares que no pagan sus impuestos
Las empresas y los particulares que no pagan sus impuestos pueden dividirse en dos grupos. El primer grupo está formado por los que optan por evitar los impuestos utilizando la evasión o el fraude fiscal. El segundo consiste en aquellos que no pueden o no quieren pagar los impuestos que deben. Evasión o fraude fiscal: Los que optan por pagar menos de lo que deben
Las empresas y los individuos que deciden pagar menos de lo que deben pueden ser desenmascarados a través de operaciones encubiertas y otros medios legales. A estas empresas y personas se les suele llamar “tramposos fiscales”. Las empresas y los individuos que utilizan información falsa o engañosa para reducir su obligación tributaria también pueden ser expuestos como tramposos fiscales.
Conclusiones principales
La mayoría de las personas pagan menos de lo que deberían en impuestos. La cantidad que la gente puede pagar en impuestos es un resultado directo del nivel de desigualdad de ingresos en un país. Cuanto mayor es la desigualdad de ingresos más prosperan las actividades de evasión fiscal y el uso de ingeniería fiscal para pagar lo menos posible.
La principal causa de la evasión fiscal es el fraude fiscal. Otras causas son el pago insuficiente o la no declaración de ingresos, las deducciones y otros factores. Pero no podemos olvidarnos de que la ingeniería fiscal, buscar los resquicios del sistema para evitar pagar los menos impuestos posibles, aunque legal, no es ética. Cada empresa tiene que pagar por lo que gana, es lo justo para un país democrático.
La evasión fiscal se produce en España debido a la enorme carga que el estado produce tanto a empresa como a individuo. Por ello, la evasión resulta un término atractivo. Una reducción de tipos podría resultar beneficiosa en términos de volumen de ingresos, ya que por un lado la evasión no seria necesaria al establecer una política competitiva con el resto de país “o paraísos fiscales”, y por otro lado fomentaría la inversión extranjera, lo que traería mayor empleo y beneficios empresariales.