El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ha pedido al Ministerio de Interior que proteja la integridad física y moral de las mujeres que van a abortar y que adopte medidas preventivas concretas en el marco de las competencias policiales, “sin perjuicio del respeto a los derechos y libertades fundamentales de otros ciudadanos”.
La institución explica que el año pasado recibió una queja de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI) denunciando el acoso al que se ven sometidas las mujeres que acuden a abortar a esos centros.
ACAI proponía la creación de espacios seguros alrededor de las clínicas de abortos para que se respete el derecho a la libre circulación de las mujeres. El Defensor “valora positivamente este planteamiento, pues permite el ejercicio en el espacio público de todos los derechos fundamentales en juego, igualmente atendibles”.
A la vista de la reiteración de este tipo de incidentes, la Institución reclama a la Administración “un tratamiento global y preventivo que garantice el pleno ejercicio de los derechos fundamentales concurrentes, sea cual sea la posición de los ciudadanos en una sociedad real y constitucionalmente pluralista”, insiste el Defensor en un comunicado.
Un ejemplo de estos acosos a los que se ven sometidas las mujeres que deciden una interrupción voluntaria del embarazo se encuentra a las puertas de la clínica Dator, en cuya entrada se puede ver una pintada en el suelo con el mensaje: “Aquí matan niños”.
Después una voluntaria de una de las fundaciones que se dedica a acosar a las mujeres a la puerta de la clínica las recibe con un “¿Vas a entrar a matar a tu hijo?”, mientras les da un folleto y les susurra al oído: “Asesina”.
Pero este acoso no acaba en la calle sino que estos grupos de presión trabajan sobre diversos planos: jurídico, administrativo y público y dedican buena parte de sus recursos y esfuerzos a poner obstáculos a la interrupción voluntaria del embarazo.
Uno de los métodos de presión más común son los folletos con imágenes de fetos pero también utilizan otros métodos como invitar a las chicas a un café o un desayuno, dado que, si las mujeres ingieren algo la intervención no se puede llevar a cabo y esto las obliga a volver otro día.
ACAI pide la creación de un tipo penal específico para abordar este tipo de situaciones, tal y como sucede en Francia desde 2017 y la creación de una distancia de seguridad mínima ante las puertas de la clínica similar a la distancia que debe mantener todo fumador con respecto a un colegio o un hospital.
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