La Asociación de Defensa Ambiental Salvemos Cabana recuerda que la actuación conjunta de entidades, plataformas, grupos políticos y particulares ha sido determinante para lograr que este polémico proyecto que la multinacional pretendía instalar entre las localidades coruñesas de Cabana de Bergantiños y Zas no haya superado el trámite ambiental.

El aguilucho cenizo (Circus pygargus), en situación “Vulnerable” a nivel de conservación, es una de las especies presentes en el área afectada por el proyecto eólico Monte Agrelo y Muriño, que finalmente no ha obtenido la autorización ambiental de la Administración gallega / Creative Commons

El colectivo explica que tanto el Instituto de Estudos do Territorio (IET) como la Dirección Xeral de Patrimonio Natural “han corroborado las decenas de alegaciones presentadas en lo referente a los graves impactos que este proyecto causaría al paisaje de la Costa da Morte y la imposibilidad de su integración con los distintos elementos del patrimonio natural y cultural, la afección a la biodiversidad y los efectos sinérgicos y acumulativos con otros proyectos eólicos del entorno”.

En la resolución del Gobierno gallego, a la que ha podido acceder contrainformacion.es el IET indica que el proyecto de EDP Renovables podría haber provocado una importante incidencia visual que se vería incrementada por el efecto sinérgico de otros parques eólicos lo que produciría un efecto de “saturación” por el número de infraestructuras en la zona, que afectaría además a múltiples lugares situados en la zona costera, núcleos de población en valles interiores, a las Áreas de Especial Interés Paisajístico del Dolmen de Dombate y las Torres do Allo, a numerosos miradores e incluso a diversas rutas de senderismo.

La Dirección Xeral de Patrimonio Natural, por su parte, considera que el parque eólico podría haber generado “un excesivo efecto sinérgico” y de barrera sobre la avifauna por la presencia cercana de otros parques eólicos, afectando al único espacio “relativamente amplio” que queda libre para las rapaces que precisan de mayores áreas de campeo, por lo que consideran que el proyecto Monte Agrelo y Muriño “resulta incompatible con la conservación de estas especies”.

UN PROYECTO INVIABLE A NIVEL SOCIAL Y AMBIENTAL

La Asociación de Defensa Ambiental Salvemos Cabana ya había denunciado en su momento que los siete aerogeneradores de 200 metros de altura en punta de pala del parque eólico Monte Agrelo y Muriño hubieran perjudicado directamente a algunos de los mejores entornos rurales de Galicia al encontrarse el proyecto en el área de afección visual de monumentos como el Dolmen de Dombate, las Torres do Allo o lugares de alto valor etnográfico y patrimonial como San Fins do Castro. De hecho, la propia empresa promotora había reconocido un elevadísimo nivel de impacto con una visibilidad total calculada superior a las 37.000 hectáreas.

La instalación del parque eólico Monte Agrelo y Muriño hubiera afectado, de llevarse a cabo, a algunos de los mejores entornos rurales de Galicia / Salvemos Cabana

Por otra parte, la zona donde pretendía instalarse el proyecto cuenta con la presencia del aguilucho cenizo (Circus pygargus), especie catalogada como “Vulnerable” a nivel estatal y autonómico y las infraestructuras del parque eólico se encontrarían dentro del área de distribución potencial de la subespecie lusitanica del escribano palustre (Emberiza schoeniclus L. subsp. lusitatica Steinbacher), actualmente en peligro de extinción. De igual modo, afectaría a seis especies amenazadas de quirópteros presentes en la poligonal.

Salvemos Cabana advirtió finalmente que la instalación de esta iniciativa energética también podría acarrear una problemática a largo plazo para las áreas residenciales afectadas pues más allá de los estudios acústico y de parpadeo de sombras presentados por la promotora, la empresa no había evaluado los potenciales efectos del parque eólico sobre la salud de la población residente en las zonas más próximas a los aerogeneradores, tal y como sería recomendable de acuerdo con las directrices de la Dirección Xeral de Saúde Pública.

Por todo ello, el colectivo celebra que “al menos en este caso, y debido a lo invasivo del proyecto, haya primado la cordura” con la negativa ambiental al parque eólico Monte Agrelo y Muriño, sobre todo teniendo en cuenta “la falta de control que trasciende de muchos otros planes energéticos dispersos por todo el territorio gallego” que “han levantado a las comunidades en defensa de su tierra y sus derechos más elementales”.