El caso de Julian Assange, fundador de Wikileaks, ha dado un giro significativo mientras el Tribunal Superior de Londres se enfrenta a la decisión crucial sobre su posible extradición a los Estados Unidos. Assange está siendo solicitado por 18 cargos de espionaje e intrusión informática relacionados con las revelaciones en los cables publicados en el portal entre 2010 y 2011, que expusieron presuntos crímenes de guerra.
Después de dos días de intensa atención mediática y manifestaciones multitudinarias frente al tribunal londinense, los jueces Victoria Sharp y Adam Johnson, a cargo del caso, se retiraron ayer miércoles para deliberar sobre si darán luz verde a la entrega, ordenada por el Gobierno del Reino Unido en 2022.
Aunque se esperaba que el fallo judicial pudiera llegar entre este miércoles y jueves, finalmente se ha aclarado que no será inmediato. La espera se prolongará hasta, al menos, el próximo martes 5 de marzo.
Julian Assange, nominado al Premio Nobel de la Paz, se encuentra en un momento crucial mientras enfrenta el recurso clave contra su extradición a Estados Unidos. Hay dos posibles escenarios: que la justicia le autorice a recurrir las partes de su caso que su defensa aún no había abordado, lo que podría llevar a un nuevo juicio, o que se lo nieguen y aboguen por su salida del Reino Unido.
En las jornadas del martes y miércoles, la defensa de Assange solicitó permiso para apelar nuevamente su extradición a Estados Unidos, aprobada por el Reino Unido en 2022. Alegan que en EE. UU. no tendría un juicio justo. En caso de que se le deniegue la autorización para apelar la orden de extradición emitida el 6 de junio de 2023 por el magistrado Jonathan Swift, se activaría el proceso de entrega de Assange a Estados Unidos. En tal caso, sus abogados han anunciado que solicitarán medidas cautelares urgentes al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para evitar su traslado.
Estados Unidos busca la extradición del periodista australiano por cargos de espionaje relacionados con su portal WikiLeaks, donde se publicó información clasificada que revelaba violaciones de los derechos humanos en las guerras de Irak y Afganistán. El destino de Assange sigue en vilo, pendiente de la decisión del tribunal británico.
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