La salida del líder de Más País deja a Sumar en una encrucijada, cuestionando su capacidad para mantenerse como fuerza política relevante

¿Cómo puede Sumar superar un golpe tan devastador a su imagen y a su proyecto político? La reciente dimisión de Íñigo Errejón, tras acusaciones de violencia machista, ha desatado un terremoto que amenaza con desmantelar lo que se perfilaba como una de las alternativas más potentes de la izquierda española. La coalición, encabezada por Yolanda Díaz, se enfrenta ahora a una crisis que va más allá de lo individual y que pone en duda su capacidad para liderar un proyecto progresista en un panorama político cada vez más incierto.

LA CREDIBILIDAD FEMINISTA DE SUMAR, A PRUEBA

El golpe para Sumar no es solo político, sino también ético. La coalición ha hecho de la defensa de los derechos de las mujeres y del feminismo un pilar fundamental de su discurso, y ahora se enfrenta a la tarea de demostrar que su compromiso es real. La salida rápida de Errejón ha sido presentada por el partido como una muestra de “tolerancia cero” frente a la violencia machista, pero el reto va mucho más allá de las declaraciones. El feminismo no puede quedarse en eslóganes, y Sumar sabe que necesita reconstruir su credibilidad desde la coherencia y la acción política.

El riesgo de perder el apoyo de colectivos feministas, que durante años han visto en Sumar y en partidos afines una voz en las instituciones, es más real que nunca. La rapidez con la que se gestionen las consecuencias de este escándalo será determinante para medir el impacto electoral y la confianza que puedan mantener entre las bases. Sumar deberá ser más transparente que nunca, no solo investigando internamente, sino garantizando que su postura sobre la violencia machista no es negociable, ni ante sus figuras más prominentes.

UNA COALICIÓN DIVIDIDA EN UN MOMENTO CLAVE

Más allá del impacto inmediato del caso Errejón, Sumar ya arrastraba problemas internos que este escándalo solo ha agudizado. Las tensiones con Podemos y la batalla por liderar el espacio político a la izquierda del PSOE han estado latentes desde su fundación. El partido, que nació con la promesa de ser una fuerza unificadora, hoy se enfrenta al desafío de evitar una desintegración en medio de negociaciones clave, como la aprobación de los Presupuestos.

El futuro de Sumar no solo depende de cómo gestione la crisis actual, sino también de su capacidad para navegar las disputas internas. Las diferencias estratégicas con Podemos, especialmente en temas como la intervención en el mercado del alquiler o la política internacional, siguen sin resolverse. Este conflicto no solo pone en jaque la unidad de la izquierda, sino que también puede alienar a sectores importantes de su base electoral.

La coalición de Yolanda Díaz tendrá que demostrar que puede sobreponerse a las luchas internas y ofrecer una alternativa política clara y convincente. El desgaste es evidente, pero la posibilidad de renacer sigue abierta si logran encauzar las negociaciones con Podemos y presentar un frente unido en las próximas elecciones. No obstante, la pérdida de una figura como Errejón deja un vacío difícil de llenar, tanto en términos de liderazgo como de apoyo popular.

RECONSTRUIR LA CONFIANZA ANTES DE LAS URNAS

De cara a los próximos comicios, Sumar no puede permitirse más errores. La caída de Errejón ha sido un golpe inesperado, pero no tiene por qué ser el golpe definitivo. La coalición cuenta con figuras clave que pueden recomponer el proyecto, pero necesitarán una narrativa que no solo responda a la crisis actual, sino que proyecte una visión a largo plazo. Los movimientos dentro de la izquierda siempre han sido dinámicos, y Sumar debe aprovechar esta coyuntura para repensar su estrategia y su estructura.

El liderazgo de Yolanda Díaz será crucial en esta reconstrucción. Hasta ahora, ha demostrado ser una política hábil, capaz de mantener unida una coalición diversa, pero la salida de Errejón plantea un desafío mayor. El futuro de Sumar dependerá de su capacidad para convertir esta crisis en una oportunidad, reafirmando su compromiso con el feminismo, la justicia social y la lucha contra las desigualdades.

Lo que está en juego no es solo el destino de una coalición, sino la posibilidad de que exista una izquierda fuerte y unida en España.

DEJA UNA RESPUESTA