La Intervención general del Estado (IGAE) ha analizado para la Audiencia Nacional un total de nueve contratos públicos adjudicados durante la época en que José María Aznar presidía el PP y ha hallado similitudes que apuntan al amaño en la adjudicación de esos contratos públicos, por un importe de 200 millones de euros, a un donante confeso que ya reconoció la existencia de una contabilidad paralela del partido, el constructor Alfonso García Pozuelo.
Durante el juicio de la primera etapa de la Gürtel, García Pozuelo confesó que Francisco Correa mediaba para que él obtuviera contratos con distintos ministerios a cambio de comisiones. Por su parte, Correa declaró que el empresario García Pozuelo Correa era solo uno más de la lista de empresarios por los que mediaba para la obtención de contratos.
Además de esas mordidas porcentuales por cada contrato, el constructor, según los papeles de Bárcenas, también abonó otras mordidas entre 1998 y 2006 por 258.161 euros.
Tal y como adelanta Cadena SER, en apariencia, todo era legal y los contratos eran concedidos por concurso público a la oferta del constructor García Pozuelo, siempre más barata.
Sin embargo, una vez adjudicado, el contrato sufría modificaciones al alza que aumentaban el precio en un 19,9%, ya que de llegarse al 20% se debía informar al Consejo de Estado. También había otros “reformados” o “excesos por mediciones”, que acababan encareciendo los contratos entre un 30 y un 40% en total.
Entre todos los contratos analizados se encuentran hasta cuatro tramos del AVE, las obras del parador de Lorca, un proyecto del SEPES y una comisaría de la policía en Xirivella (Valencia).
Aznar y Rajoy: “La caja B es un delirio de Bárcenas”
Los máximos responsables del Partido Popular en las épocas previas a Pablo Casado, José María Aznar y Mariano Rajoy, declararon en marzo sin fisuras sobre la caja B manteniendo la misma línea para desacreditar la versión del extesorero Luis Bárcenas, único exdirigente de la formación conservadora sentado en el banquillo de los acusados en la vista oral del juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional.
Rajoy centró su declaración como testigo en una constante afirmación: “Es absolutamente falso”. Lo mismo hizo su antecesor, Aznar. Ambos negaron categóricamente haber recibido sobresueldos con dinero de una contabilidad extracontable. Aznar no se vio identificado en el apunte “J.M.” con pagos en 1990. Y Rajoy tampoco es “M.Rajoy” porque él , según atestiguó, jamás recibió dinero. Para ellos, todo es falso.
Aznar en su turno enfatizó una a una las vinculaciones de los abogados de las acusaciones populares con el PSOE o incluso, en el caso de Gonzalo Boye, con Puigdemont al ser este el abogado del expresidente de la Generalitat.
El expresidente Aznar defendió la legalidad de la contabilidad del partido mientras él lo dirigió y su pulcritud durante su mandato. “Jamás he recibido un sobresueldo. Siendo presidente del gobierno no recibí otra cantidad que la que me correspondía. He declarado voluntariamente a petición propia a Hacienda, la utilización del Palacio de la Moncloa como vivienda particular como retribución en especie mientras he sido presidente del gobierno. No sé que han hecho lo demás y ni me importa, se lo que he hecho yo”, zanjó.
Tiró balones fuera, aunque en el juicio se haya sacado a la luz que sería Álvaro Lapuerta quien institucionalizó esa caja B en la época en la que él era el presidente del partido y del gobierno. “Me puede preguntar quinientas veces la misma pregunta, pero la respuesta va a ser siempre la misma”, le contestó con cierto desaire a las preguntas de uno de los abogados.