Según los datos avanzados publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogidos por Europa Press, el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 1,8% en junio en relación al mes anterior y disparó su tasa interanual 1,5 puntos, hasta el 10,2%, su nivel más alto desde abril de 1985.
Esta evolución se ha debido, principalmente, al encarecimiento de los carburantes y de los alimentos y bebidas no alcohólicas, frente a la estabilidad registrada el año anterior. El INE también señala al incremento de los precios de los hoteles, cafés y restaurantes, superior al del pasado año.
Esto deja en evidencia las medidas aprobadas hasta la fecha para intentar contener la escalada de precios , como la bonificación de 20 céntimos por litros a los carburantes, que por el momento parece no haber sido muy efectivas para frenar este indicador.
Ni siquiera la entrada en vigor en la segunda parte del mes de junio de la denominada «excepción ibérica» y del tope al precio del gas que se utiliza para generar energía eléctrica, con el que se esperaba reducir el precio al que se vende la electricidad en el pool ha conseguido amarrar la evolución de los precios.

Según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su vicepresidenta primera, Nadia Calviño, las políticas que han aprobado han servido para bajar en al menos 3 puntos la inflación, aunque, según los datos del propio INE, el recorte apenas había llegado a un punto en el mes del mayo.
La semana pasada, el Gobierno aprobó un segundo paquete de medidas contra la inflación, en el que se prorrogaba la ayuda a los combustibles, se ampliaban las rebajas fiscales y se implementaban ayudas directas para compensar la subida de los precios a las familias. Sin embargo, los precios podrían seguir subiendo a pesar de estas medidas.
El Ejecutivo ha gastado hasta ahora más de 6.000 millones de euros de recursos públicos en tratar de frenar, sin éxito, la mayor escalada de precios desde los ochenta, sin resultados visibles.
La tasa general del IPC mantiene el camino al alza que comenzó en marzo de 2021 y que solo quedó interrumpido en enero, cuando se moderó 4 décimas hasta el 6,1 %, y en el mes de abril, cuando bajó un punto y medio, hasta el 8,3 %. El mes de junio rompe el máximo registrado el pasado marzo del 9,8 % superando la barrera de las dos cifras.
Organismos como la OCDE ya han pronosticado que la inflación será en promedio este año del 8,1% y que en 2023 seguirá muy alta, hasta cerrar el ejercicio con una subida media en los doce meses del 4,8%,de las más elevadas de la Unión Europea y por delante de economías como la de Francia, Alemania, Italia, Portugal, Grecia y la media del conjunto de la Eurozona.
Antes de conocer la cifra del IPC, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevista en la SER adelantaba que el dato no iba a ser bueno y ha justificado su actuación: «De aquí al 31 de diciembre vamos a desplegar un paquete a 15.000 mil millones de euros. El dato de inflación esperamos que sea malo, pero cuando se conozca va a demostrar la gravedad de la situación general. Anoche en la cena el asunto principal era la subida de precios. También deja patente la idoneidad de las medidas que hemos puesto en marcha y la necesidad de continuar tomando medidas».