La Alianza Vacuna para el Pueblo, coalición de más de 75 organizaciones, entre las que están Oxfam, Amnistía Internacional, African Alliance, ONUSida y Global Justice Now, han pedido a los dirigentes del G20 que aborden la desigualdad vacunal mundial y que desbloqueen la escasez de suministros.
Este grupo de organizaciones benéficas solicitan a los líderes mundiales que asuman que para detener la pandemia del Coronavirus es necesario que se aplique una exención relativa a los derechos de propiedad intelectual y compartir la tecnología de vacunas, diagnósticos y tratamientos para que llegue a todos los lugares del planeta.
La pandemia podría prolongarse, convirtiéndose en una “pandemia inacabable”, si la cumbre del G20 no aborda esta desigualdad vacunal mundial y los dirigentes no se ocupan de los problemas estructurales que hasta ahora han ignorado, permitiendo que los países ricos acaparen dosis de vacunas contra la COVID-19, han advertido grupos de la sociedad civil. Especialistas en epidemiología han avisado de que la desigualdad vacunal mundial amenaza con socavar nuestra actual generación de vacunas, mientras que un informe del Wellcome Trust and Institute for Government ha advertido de que las mutaciones del virus “debilitarán” la protección que ofrecen las vacunas.
Anna Marriot, directora de políticas de la Alianza Vacuna para el Pueblo, ha señalado que “es un verdadero escándalo que el G20 haya desperdiciado un año ignorando la propuesta, respaldada por la mayoría de sus miembros, de eliminar los monopolios de las vacunas y garantizar que las vacunas puedan fabricarse en todo el mundo, salvando innumerables vidas”. “El G20 está volviendo la espalda a los miles de niños y niñas que esta pandemia deja huérfanos cada día. Los dirigentes del G20 que apoyan la exención no deben ser silenciados por los miembros de países ricos como Reino Unido y Alemania. No hay tiempo que perder para actuar”, afirmó.
Los países del G20, que representan el 62% de la población mundial, han utilizado el 82% de las vacunas del mundo contra la COVID-19. Sólo el 3,1% de las personas de países de ingresos medios y bajos han recibido al menos una dosis.
África olvidada
Los países ricos que disponen de más suministros de los que necesitan se comprometieron generosamente a donar las dosis adicionales a los países de ingresos medianos y bajos a través de COVAX, pero estas se están repartiendo a un ritmo demasiado lento y esta limosna no va a detener la pandemia.
De los 1.300 millones de dosis sobrantes que los países se comprometieron a donar, COVAX ha recibido tan solo 365 millones y la gran mayoría de los países africanos carecen de acceso a las vacunas contra la COVID-19. Menos del 5% de la población africana está completamente vacunada, lo que significa que el riesgo de que se produzcan nuevos brotes es elevado en muchos países.
Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde enero de 2020 hasta mayo de 2021 murieron entre 80.000 y 180.000 trabajadores de la salud en todo el mundo a causa de la COVID-19. Menos de uno de cada 10 trabajadores de la salud de África han recibido la pauta completa de vacunación y más de 128.000 se han contagiado con el virus. Asimismo, la OMS reveló que en África solo se detecta una de cada siete infecciones de COVID-19 debido a la escasez de pruebas, lo que significa que la cifra real podría ser mucho más alta.
La salud mundial VS la propiedad intelectual
Entre los países del G20 existe una profunda división respecto a la propuesta de suspender temporalmente las normas relativas a la propiedad intelectual de las tecnologías sobre la COVID-19 para poder incrementar la producción de vacunas. Entre los que quieren abordar este tema con premura y salvar vidas se encuentran Sudáfrica e India, pero los países miembros ricos, como Alemania y Reino Unido, han impedido que se actúe de manera unificada para proteger a millones de personas.
Indonesia es un ejemplo de lo necesaria que es la suspensión de esta propiedad intelectual, ya que aseguró este año, en una conferencia de prensa de la OMS, que podía fabricar 550 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 al año pero el bloqueo de los países ricos se lo impedían.
Sudáfrica, a través de su presidente, Cyril Rhamaphosa, se han quejado en el G20 amargamente de la constante intransigencia de los países ricos respecto a la cuestión de las patentes, y han denunciado el apartheid basado en las vacunas que esta intransigencia está creando.
La medida está siendo bloqueada por sólo dos países miembros que se oponen a ella: Reino Unido, Alemania. La alianza pide a los dirigentes del G20 que presionen a estos dos países para que resuelvan esta disputa, lo cual permitiría que todos los fabricantes seguros aprobados por la OMS fabricaran vacunas contra la COVID-19, desbloqueando la capacidad productiva mundial para terminar con la pandemia. Lo hipocresía de Reino Unido y Alemania resalta cuando se analizan los datos: han vacunado con la pauta completa al triple de personas que India y Sudáfrica, en relación con su población.
Tamaryn Nelson, asesora de Amnistía Internacional sobre el derecho a la salud, ha manifestado que “cuando se celebró la reunión del G20 del año pasado, 1,3 millones de personas habían muerto de COVID-19 y los dirigentes prometieron que no escatimarían esfuerzos para garantizar que todo el mundo tuviera acceso a las vacunas. Un año después no ha cambiado casi nada, excepto que la COVID-19 se ha cobrado la vida de otros 3,5 millones de personas”.
“Es inadmisible que los dirigentes del G20 no estén tomando suficientes medidas mientras cada semana siguen muriendo decenas de miles de personas”, sentenció Nelson.
Peticiones a los líderes mundiales
La Alianza Vacuna para el Pueblo pide a los dirigentes del G20 que:
- suspendan los derechos de propiedad intelectual de las vacunas, las pruebas, los tratamientos y otros instrumentos médicos para la COVID-19 acordando, tal como se ha propuesto, la exención temporal propuesta relativa al Acuerdo sobre los ADPIC en la Organización Mundial del Comercio.
- exijan y utilicen todas sus herramientas jurídicas y políticas para exigir a las empresas farmacéuticas que compartan datos, conocimientos y tecnología con el Acceso Mancomunado a Tecnología contra la COVID-19 (C-TAP) y el centro de transferencia de tecnología para las vacunas de ARNm en Sudáfrica.
- inviertan en centros de fabricación descentralizada en países en desarrollo para pasar de un mundo de monopolios y escasez vacunal a otro de suficiencia y equidad en el que los países en desarrollo tengan el control directo de la capacidad de producción vacunal para cubrir sus necesidades.
- redistribuyan de inmediato y equitativamente las vacunas existentes entre todos los países para lograr el objetivo de la OMS de que el 40% de la población en todos los países esté vacunada al acabar 2021, y el 70% lo esté a mediados de 2022.
Fuentes: Unicef, OMS, Amnistía Internacional, Democracy Now