Por más que le pese a la extrema derecha de nuestro país, los migrantes no han sido los culpables del mayor rebrote de coronavirus de Andalucía: lo fueron un grupo de jóvenes de clase alta. Una fiesta fin de curso de un colegio privado de Córdoba se ha saldado, hasta ahora, con 73 contagiados y cerca de 1.700 personas que deben permanecer en aislamiento tras haber estado en contacto con ellos.

De esas 1.700 personas, se han identificado a 670 contactos estrechos y otras 1.000 que aseguran haber estado esa noche en el local de ocio donde se produjo el contagio.

La delegada territorial de Salud y Familias en Córdoba, María Jesús Botella, ha asegurado que, independientemente del resultado de la prueba, esas personas tienen la obligación de mantener las medidas preventivas y el aislamiento el tiempo indicado.

Botella ha agradecido el enorme despliegue personal y profesional que han hecho posible realizar 1.700 pruebas PCR hasta el momento en tiempo récord y con la máxima eficacia y rapidez. Asimismo ha reconocido que aunque se trata de un brote “especialmente complicado por los contactos estrechos, se ha podido gestionar en tiempo récord para tratar así de contener el virus en la provincia de Córdoba”.

La fiesta juvenil a la que acudieron 400 personas y que tuvo lugar el pasado 10 de julio ha supuesto el mayor brote de coronavirus registrado en Andalucía, que cuenta ya con 21 brotes activos. El colegio fue quien alertó a los progenitores del alumnado mediante una circular tras el positivo de uno de los alumnos.

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