En una sorprendente noticia que ha sacudido la Casa Blanca, se ha confirmado este miércoles que Commander, el pastor alemán que pertenecía al presidente estadounidense, Joe Biden, ya no reside en la famosa residencia presidencial.
Elizabeth Alexander, portavoz de la primera dama, Jill Biden, anunció la expulsión del perro tras una serie de incidentes en los que mordió a varios agentes del Servicio Secreto y a miembros del personal de la Casa Blanca.
La medida se tomó después de que la cadena CNN revelara que Commander estuvo involucrado en más incidentes de los que inicialmente se informaron, superando los 11 casos confirmados por el Servicio Secreto.
Estos ataques, algunos de los cuales salieron a la luz en los últimos meses, incluyeron un incidente a finales de septiembre en el que un agente resultó herido y tuvo que ser tratado por el personal médico de la Casa Blanca. En noviembre del año pasado, otro agente también fue hospitalizado debido a mordeduras en los brazos y las piernas.
La familia Biden había considerado someter a Commander a un nuevo entrenamiento para abordar su comportamiento agresivo. Sin embargo, no se ha confirmado si este entrenamiento llegó a ocurrir, según informó CNN este martes.
Commander llegó a la Casa Blanca en diciembre de 2021 como un regalo de la familia de Biden, meses después de la muerte de Champ, otro pastor alemán que acompañó a la pareja durante 13 años.
Esta decisión de la familia Biden se inscribe en la tradición estadounidense de contar con mascotas en la Casa Blanca. Anteriormente, el presidente Barack Obama (2009-2017) tuvo dos perros de agua portugueses llamados Bo y Sunny, mientras que su predecesor, George W. Bush (2001-2009), convivió con tres perros y una gata.
Además de Commander, los Biden adoptaron en 2018 a otro pastor alemán llamado Major. Sin embargo, Major fue trasladado a la residencia de la familia en Delaware después de un incidente en el que atacó a un miembro de la seguridad presidencial.
