El presidente Sebastián Piñera cumple este lunes un año al frente del Gobierno chileno con varias tareas pendientes, especialmente las reformas de la salud y las pensiones, y un positivo balance económico después de cuatro años de bajo crecimiento.

Piñera, que el 11 de marzo del año pasado inició su segundo mandato tras gobernar entre 2010 y 2014, decidió postergar las principales reformas que prometió en la campaña electoral y dio prioridad a otros temas, como la implementación de una nueva política migratoria para ordenar el arribo de inmigrantes.

La reforma estableció más requisitos para la obtención de visas de trabajo y residencia, obligó a los haitianos a tener un visado de turismo e incluyó una regularización masiva de inmigrantes.

El presidente también tuvo que atender crisis imprevistas como el homicidio de un comunero mapuche a manos de agentes de Carabineros en noviembre del año pasado, y tuvo un papel protagonista en el frente suramericano que busca la salida del presidente Nicolás Maduro en Venezuela.

Roberto Méndez, académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica (UC), consideró que la reforma migratoria tuvo buena acogida entre la población, pero advirtió de que dejar para el segundo año los cambios a los sistemas de salud, pensiones y la reforma tributaria es “peligroso”.

“Las reformas han quedado para el segundo año y se ven bastante complicadas porque el Gobierno no tiene mayoría en ninguna de las cámaras (legislativas). Tengo la impresión de que el Gobierno le está bajando el perfil a estas reformas previendo las dificultades para aprobarlas en el Congreso”, afirmó Méndez a Efe.

Para Claudio Fuentes, politólogo de la Universidad Diego Portales (UDP), el Ejecutivo de Piñera ha sido “lento” al instalar en la agenda legislativa sus principales proyectos y “perdió un año de tiempo político”, unos meses muy valiosos dado que los mandatos en Chile tienen cuatro años de duración.

Sylvia Eyzaguirre, investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP), también consideró que el área legislativa es la que muestra un mayor atraso y lo atribuyó a crisis como la contaminación en el cordón industrial de Quintero y Puchuncaví, en la costa de la región de Valparaíso, y principalmente a la muerte de Catrillanca.

“Es un golpe muy duro para cualquier Gobierno, extremadamente grave, y a pesar de algunos errores que pudo haber cometido, el Gobierno sorteó la situación y hoy en día se están haciendo reformas enormes a Carabineros y las Fuerzas Armadas”, sostuvo a Efe.

Un punto en el que coinciden todos los analistas consultados es la irrelevancia que ha tenido este primer año la oposición, sumida en rencillas internas y sin liderazgo desde la salida de la expresidenta Michelle Bachelet.

La Nueva Mayoría, la coalición de centroizquierda que apoyó el segundo mandato de Bachelet (2014-2018), se disolvió después del triunfo electoral de Piñera por las desavenencias internas y a día de hoy los partidos siguen tratando de armar un nuevo proyecto común de cara a las elecciones municipales del año que viene.

“El primer año para la oposición fue prácticamente nulo, hubo muy poco esfuerzo cooperativo y mucha fragmentación en temas en los que podrían haber presionado al Gobierno”, destacó Claudio Fuentes, de la UDP.

El mayor logro del Ejecutivo de Piñera ha sido el repunte del crecimiento económico, que había descendido considerablemente en el último mandato de Bachelet, con un alza del Producto Interno Bruto promedio anual del 1,9 %.

A falta de la publicación oficial de las cifras, el PIB chileno habría aumentado un 4 % en 2018, acompañado por un aumento de la inversión y una reducción del déficit fiscal de 1,7 puntos del PIB.

Para Sergio Urzúa, investigador del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes) de la Universidad Católica, la economía chilena se vio favorecida por un ambiente externo favorable y también por las “expectativas” que generó la llegada de Piñera.

“Los agentes económicos necesitaban una administración económica que volviese al sentido común y a plantear temas centrales con una perspectiva más técnica y de largo plazo, y eso es un resultado de la política económica”, dijo a Efe Urzúa, quien también es profesor de la Universidad de Maryland (EEUU).

En el plano internacional, Piñera se ha erigido como uno de los principales opositores al líder venezolano Nicolás Maduro en la región, lo que algunos analistas interpretan como un intento de convertirse en un referente conservador de América Latina en un momento en que la mayoría de países tienen gobiernos de derecha.

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