Loïc Alejandro
Coportavoz federal de EQUO
En febrero 2017 tuve la oportunidad de asistir, en Girona, al congreso WasteInProgress sobre gestión de residuos. Ahí, un representante de la ciudad de Seúl presentó una iniciativa muy interesante: en 2010 crearon un centro de separación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs). Ese centro trata unas 10.000 toneladas al año de material eléctrico y electrónico y da trabajo a 60 personas. Además el centro emplea exclusivamente a personas socialmente vulnerables. En 2016, el centro generó unos 2 millones de dólares de ingresos.
El concepto de Minería Urbana fue introducido por primera vez en Japón en la década de 1980. Se trata de una nueva industria de recuperación y reciclaje de metales raros, como el oro y la plata, contenidos en objetos electrónicos y electrodomésticos. En lugar de extraer las materias primas del entorno natural, se extraen de los residuos.
Varios factores hacen necesario el desarrollo de la minería urbana. Primero, tenemos cada vez más dependencia de materiales críticos, tierras raras y materiales preciosos. Con la innovación, la demanda de estos materiales ha aumentado, pero la oferta no está aumentando al mismo ritmo y no podrá aumentar porque hay una oferta limitada en el mundo para ciertos tipos de materiales.
En este sentido, la Comisión Europea ha definido una lista de materias primas “críticas” para la transición energética y el desarrollo digital. Si comparamos la producción anual actual y las reservas probadas de algunas de esas materias primas, nos damos cuenta de que la extracción convencional tiene los días contados: entre 13 y 60 años para el indio (indispensable para pantallas táctiles y paneles solares), 40 años para el cobre, 23 años para el helio, 20 años para el oro, 21 años para el zinc, 14 años para la plata, 10 años para el germanio (indispensable para la fibra óptica), …
En segundo lugar, para acceder a las reservas será cada vez más necesario deteriorar espacios naturales. Un ejemplo emblemático es el salar de Uyuni, una maravilla única en el mundo, cuya integridad está en peligro porque la mayor reserva de litio en el mundo está en este desierto de sal. La ciudadanía, consciente de la importancia de la conservación del medio ambiente, es cada vez más refractaria a proyectos de minas a cielo abierto.
En tercer y último lugar, el mundo está vertiendo ilegalmente millones de teléfonos, televisores, ordenadores y aparatos usados … en África. Estos dispositivos, cuyos componentes pueden ser muy tóxicos, a menudo terminan en vertederos clandestinos en los principales centros urbanos, y son un riesgo para las personas y para el medio ambiente. Un estudio financiado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos revela que al menos 16.900 toneladas de desechos electrónicos se enviaron a Nigeria en 2015 y 2016.
Además de esas tres razones que hacen imprescindible la creación de plantas de separación de residuos electrónicos, existe una palanca que hace de ella una opción de futuro: la rentabilidad económica.
Un nuevo sector está emergiendo para aprovechar este mercado, que está creciendo a una tasa de 3 a 5 % cada año a nivel internacional. Se calcula que, según el tipo de residuo, la minería urbana es entre 4 y 80 veces más eficiente que la minería convencional de oro, convirtiéndose en una alternativa de rápido crecimiento.
El valor en los residuos electrónicos es muy significativo. Es lo que demuestran los ingresos que consigue Seúl, pero es también lo que afirman los estudios en la materia: a nivel europeo el potencial de ingresos procedentes del reciclaje de residuos electrónicos era de 2,15 mil millones de euros en 2014, y se prevé que para 2020, será de 3,67 mil millones de euros.

El Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs), resultado de la transposición de la directiva europea 2012/19/ue, es elocuente:
- “el sector de los residuos es el mayor generador de empleo verde en España y representa el 27% del total del empleo verde en nuestro país.”
- “El reciclado de 1.000 toneladas de RAEE crea 15 puestos de trabajo y 200 puestos de trabajo si se prepara para la reutilización.”
- “Los materiales valorizables que contienen los AEE suponen un recurso que no debe ni puede perderse, y que tienen que recuperarse en la última etapa de la vida, cuando se transforme en residuo, a través del reciclado o su valorización de manera que esos recursos puedan ser conservados para futuras generaciones.”
- “Respecto a la recogida separada realizada por las Entidades Locales se incluyen las modalidades de esta recogida, que podrán ser a través de los puntos limpios o de los mecanismos que la Entidad local establezca, como la recogida puerta a puerta o los puntos móviles o la recogida a través de entidades de economía social con los que la Entidad local haya llegado a acuerdos […] Asimismo, las Entidades Locales podrían obtener beneficios de ciertas fracciones de los residuos recogidos.”
La comunidades autónomas, las provincias o las mancomunidades de gran tamaño, en función de la cantidad de residuos, deben estudiar seriamente la creación de plantas de minería urbana. No es una opción de futuro, es la opción de futuro.