Los socialistas emulan así a Podemos, pionero en hacer uso de esta fórmula alegal –no está prevista expresamente en la Ley de Financiación de Partidos Políticos–.
En su sitio web, los socialistas precisan que el dinero prestado se reembolsará en cuanto el partido cobre la subvención electoral que le corresponde. El formulario empleado por el partido para canalizar estos préstamos cumple con los requisitos que ha venido reclamando el Tribunal de Cuentas ante la falta de regulación de esta práctica.
Así, para poder suscribir con el partido un contrato de microcréditos, el prestamista ha de identificarse con nombres y apellidos, aportar su DNI escaneado y pagar desde una cuenta bancaria de la que sea titular o cotitular.
Las cantidades de los microcréditos que se pueden prestar al partido oscilan desde un mínimo de 200 euros hasta el máximo de 10.000 euros. En su campaña a las primarias del PSOE en 2017, Sánchez abrió una plataforma de ‘crowfunding’ al margen del partido a través de la que recaudó casi 100.000 euros en donaciones, la mayoría de ellas de menos de 50 euros.
El Tribunal de Cuentas desautorizó esta forma de financiación del candidato precisamente por hacerse desde una cuenta al margen de Ferraz, lo que dificulta, entre otras cosas, supervisar que el crowfunding no permite las donaciones anónimas ni que se superen transferencias de 50.000 euros por donante y año.